Por Aria Celeste
Antes que nada, este nombre deriva del Cañón de Santa Ana en California que es donde se generan y toman mayor fuerza. En Tijuana los vientos de Santa Ana constituyen un desafío importante por el gran peligro de incendios, altas temperaturas y baja humedad relativa que les acompaña.
Estos vientos son un fenómeno que ejerce su impacto principal en el sur de California y Baja California, desatan una serie de alergias y enfermedades que afectan la salud de la población. Estos vientos, caracterizados por su sequedad y velocidad, no solo traen consigo un cambio en las condiciones climáticas, sino también un aumento significativo en los problemas respiratorios y oculares.
Durante los días marcados por la presencia de los vientos de Santa Ana, la población local se ve afectada por alergias y enfermedades respiratorias, resultado de la abundante cantidad de polvo y bacterias que el aire levanta y transporta. Sin embargo, las consecuencias no se limitan solo a las vías respiratorias, ya que también se registran daños en los ojos.
Afecciones
Uno de los problemas más comunes desencadenados por estos vientos es la rinitis alérgica, manifestada a través de congestión nasal, ojos llorosos y estornudos persistentes. La conjuntivitis alérgica también se presenta con síntomas como lagrimeo, enrojecimiento ocular, picazón y la sensación de tener una partícula extraña en el ojo, acompañados de congestión y goteo nasal.
La composición del aire durante estos vientos levanta partículas, desde bacterias hasta ácaros, contribuyendo a la propagación de enfermedades y al riesgo de infecciones estomacales al entrar en contacto con alimentos y superficies.
Cómo Protegerse
Ante esta condición adversa, se recomienda tomar medidas preventivas para salvaguardar la salud. El uso de cubrebocas y lentes de sol, o cualquier artículo que proteja los ojos, ayuda a prevenir la entrada de partículas de polvo tanto en los ojos como en las vías respiratorias.
Adicionalmente, es aconsejable limitar el tiempo al aire libre, colocar toallas en puertas y ventanas para evitar la entrada de polvo, mantener la limpieza en el hogar y el lugar de trabajo, utilizar desinfectantes y lavarse las manos con regularidad para prevenir la propagación de enfermedades.
Son característicos de la región, plantean desafíos significativos para la salud pública. La conciencia y la adopción de prácticas preventivas son clave para mitigar los impactos negativos y preservar el bienestar de la comunidad durante estos eventos climáticos.
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