AUTOCONOCIMIENTO
Por Cristina Arias
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Para responder esa simple pregunta, habría que tener clara la definición de felicidad. Lo que para ti puede ser felicidad para otro puede no serlo, así que es subjetivo y personal.
Comienza respondiendo, ¿qué es la felicidad para mí?
Hay dos tipos de felicidad que mencionaré hoy, la felicidad hedónica que consiste en aumentar los momentos de placer, y la segunda es la felicidad eudaimónica propuesta por Aristóteles, que tiene que ver con la autorrealización, vivir con un propósito de vida y regresar al estado más puro de nuestra existencia.
¿Cuál de estas dos se acerca tu definición de felicidad? Teniendo claro esto, es mucho más fácil encontrar tu camino hacia ella y reconocer los momentos felices del día a día. En ambos casos, el autoconocimiento es clave para reconocer lo que te hace feliz.
En lo personal, lo más parecido a la felicidad es la paz. Lo ideal es haber cerrado y superado los asuntos pasados, saber vivir plenamente en el presente y tener la confianza de estar a la altura de la incertidumbre de lo que se presente en el futuro.
Para ello se requiere un trabajo de autoconocimiento… para superar el pasado hay que analizarlo y ver cómo afecta en el presente, estar consiente de él y sacarlo de la sombra para aceptarlo. Extraer lo aprendido, agradecerle y soltar lo que haya que soltar para dejar ir, en caso de que nos esté impidiendo avanzar. Observar exactamente qué situación del pasado te afecta en el momento presente, ya que no todo lo que pasó te sigue afectando.
Un cliente, muy seguido mencionaba que le afectaba profundamente el trato recibido por una maestra durante su infancia. Cuando analizamos el caso en consulta, se dio cuenta que era una creencia obsoleta, en realidad ya no le afectaba en lo absoluto, simplemente repetía “su cantaleta”, como él le llamó, y aludía a ese evento parte de su infelicidad. Se dio cuenta de que ya había superado el trauma y que ya no le perturbaba en su presente.
En el presente es donde podemos hacer el trabajo consciente de autoconocimiento, aquí y ahora, ya que es en el presente donde podemos sentir, aprender y experimentar; definir quiénes somos con nuestro cúmulo de experiencias pasadas, si hay algo que nos afecta y vivir lo que estamos experimentando actualmente.
Por otra parte, para el futuro y estar a la altura de la incertidumbre, es indispensable confiar en nosotros. Gozar de una sana autoestima, tenernos fe, estar al tanto de nuestro autoconcepto, saber que contamos con nosotros mismos y para eso hay que conocernos… conocer nuestras fortalezas y áreas a mejorar. Conocernos, aceptarnos y amarnos para cuidarnos.
Así como limpiamos el cuerpo, nos bañamos y nos cepillamos los dientes diariamente, ¿te has preguntado qué haces para limpiar tu mente? ¿Cuál es la calidad de “alimento” que le das a tu cerebro? Lo que lees, lo que vez, lo que escuchas… ¿te hace generar sentimientos y pensamientos que te llevan a tu autorrealización o darte momentos de placer? ¿Qué tan limpia mantienes tu mente?
Una manera de atender la mente es la meditación y el mindfulness que promueve la atención plena. Vivir, sentir y estar consciente de lo que estás viviendo en cada momento, es donde puedes darte cuenta de lo que te hace feliz y lo que no.
Para vivir plenamente aquí y ahora, hay que convertirnos en observadores de nuestros pensamientos… es común estar con el cuerpo anclado en un lugar y con la mente en otro sitio totalmente distinto, ya sea en el pasado, en el futuro o en un tiempo y espacio que quizás nunca tendrá lugar, y cuando eso sucede dejamos de vivir el presente.
Por otra parte, según un estudio de Harvard que lleva más de 80 años investigando la felicidad, arroja que tener relaciones cercanas, saludables y positivas, es lo que ayuda a las personas a mantenerse felices a lo largo de sus vidas.
Para tener este tipo de relaciones sanas es necesario una adecuada gestión de las emociones, y para ello es necesario el autoconocimiento.
La fuente de la felicidad está en nuestro interior, mantener relaciones sanas y las técnicas contemplativas como la meditación y el mindfulness nos llevan al autodescubrimiento y promueven la felicidad. Sufrimos cuando nos resistimos a lo que está pasando, el primer paso es aceptar para después encontrar la solución y ver cómo nos adaptamos a las nuevas condiciones.
“Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio” Charles Darwin
El autoconocimiento nos ayuda a adaptarnos a los cambios con más facilidad, y repito esta frase que me inspira… “Estar a la altura de la incertidumbre”.
Conócete, Acéptate, Ámate.
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