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El Paternaje y las Emociones.


Por Liliana Fischer



La RAE define las emociones como la alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.

Las emociones se procesan y resultan en ciertas conductas de respuesta del individuo y activan redes asociativas en la memoria. Los sentimientos son el resultado de las emociones, son más duraderos en el tiempo y pueden ser verbalizados (palabras).

Los investigadores han definido seis emociones básicas universales en todas las culturas, estas son: sorpresa, asco, tristeza, ira, miedo y alegría / felicidad. Hay que reconocerlas y sentirlas para poder después manejarlas, a esto se le llama inteligencia emocional.

El control no es opción ya que lo que se reprime o controla, va a salir tarde que temprano de manera desbordada y se psicosomatiza cuando no se atiende. El manejo de la emoción es mucho más eficiente y equilibra lo físico, psíquico, emocional y espiritual.

Es importante que las emociones y los sentimientos de cada persona sean expresados y reconocidos para un entendimiento propio. Que el padre reconozca que las emociones son vividas de distinta manera en cada hijo, para poder acompañar y educar de manera individual de acuerdo con las necesidades de cada uno.

Celebramos el día del padre con todas aquellas figuras masculinas paternas que son afectivos y emocionales; que demuestran sus sentimientos y vulnerabilidades con sus hijos, sobrinos, alumnos, hermanos y con las diversas maneras de paternar, que accionan desde el amor con compromiso.

Natalia Liguori define el paternaje como “el proceso psicoafectivo por el cual el hombre se involucra emocionalmente con sus hijos, haciéndoles lugar en su deseo, criando, educando, estando disponibles, brindando cariño, velando por su seguridad para su sano desarrollo y crecimiento, por su felicidad”.



La paternidad se diferencia del paternaje. La fecundación del óvulo y la concepción de un hijo es la paternidad. El paternaje es ese proceso de continua construcción, de conexión, de vinculación, de comunicación, de afectividad, de cuidado y de crecimiento.

Algunos hombres no reconocen sus emociones, ya sea por la educación que recibieron de sus padres, por la cultura, por los roles definidos por la sociedad y porque la vulnerabilidad se ha relacionado, de manera incorrecta, con la debilidad.

A algunos hombres se les enseña que no deben llorar, a no estar tristes, a no expresar.

Cuando esas emociones no salen de alguna manera, ya sea verbal, físicamente o a través de alguna actividad que permita salir a la pulsión, la persona evade y reprime esas emociones que se acumulan, para después salir desbordadas causando así la psicosomatización.

No existe un manual para ser buenos padres de familia, sin embargo, el ser humano conectado con sus emociones y sentimientos es más empático, amoroso, vulnerable e intuitivo con sus hijos a través de sus acciones, porque se conoce y se entiende.


Lo que se vive en infancia, tiende a repetirse en patrones de educación y paternaje, sin embargo, el trabajo para no repetir lo que no nos funcionó es posible.

Carl Jung decía: “No soy lo que me pasó, soy lo que elijo ser”.

La elección para mejorar, cambiar, aprender y accionar para ser la mejor versión de uno mismo, está disponible. El amor propio equipa para dar amor y cuidado a los hijos.

A veces, los hijos simplemente necesitan atención, comprensión, escucha atenta, miradas profundas, abrazos, besos y amor, para sentirse cuidados.

“UN PADRE ES TAN VERBO COMO UNA MADRE: Puede hacerlo todo, menos amamantar” ~ Chimamanda Ngozi Adichie.


¡Feliz Día a todos los papás que con amor, dedicación y tiempo hacen su paternaje!



Contacto:

Instagram: @lilianafischerpsicoterapia

Celular: 8711817896

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