Por Liliana Fischer
Existe una conexión increíble entre el arte y el psicoanálisis, los artistas surrealistas desde su trinchera comenzaron a explorar la interpretación de los sueños a través de la creación de su obra. Carrington, Varo, Khalo, Dalí, Castañeda, Magritte son algunos de tantos surrealistas buscando el camino a la comprensión del inconsciente y a confrontar sus demonios, para vivir más plenos.
Freud decía que: “La función del arte en la sociedades es edificar, reconstruimos cuando estamos en peligro de derrumbe”.
Él sugiere que el artista y el analista están muy relacionados, ya que ambos trabajan sobre el mismo objeto, solo que cada uno con un método diferente: el psicoanalista a través del análisis y el artista a través de su obra. Utilizando la pulsión de eros a trabajar a través del proceso creativo.
Dos de las artistas que han utilizado el proceso creativo de manera experimental, con diversas técnicas y conceptos que depuran sus emociones, conectan con el observador y a veces interactúan con sus obras y su persona son Marina Abramović y Louise Bourgeois.
Marina Abramović (Belgrado, 1946) ha utilizado su cuerpo como un indispensable territorio para la experimentación, tomándolo como materia prima, como campo de batalla. Ella comparte que la mejor obra de arte sigue siendo siempre la de uno mismo.
Sus perfomances (arte en acción) son experimentos que buscan identificar y transgredir los límites en el control sobre el propio cuerpo, también con respecto a la relación entre el público y la performer, las emociones que se encuentran cuestionando de raíz las fronteras taxonómicas en el arte tradicional basadas en una escisión entre sujeto-objeto.
Louise Bourgeois (Francia, 1911) artista y escultora, creó desde las entrañas y utilizó su obra para expresar su vida. Ella decía: “El arte es garantía de cordura. Es lo más importante que puedo decir”.
Fuertemente influenciada por sus experiencias vitales, su infancia y su entorno familiar, su obra despliega un cuerpo creativo de altísimo nivel que se divide en cientos de formatos, materiales e historias. Las obras de Bourgeois no son mera plástica ni espectáculo vacío: son relatos personales que se extienden a todo el colectivo de seres humanos, exhibiendo de forma impúdica sus sentimientos más profundos para llegar al fondo del espectador.
Y tanto el arte como la psicoterapia busca conexión, busca entender la emoción, los sentimientos, la interpretación y significación de los eventos de vida, busca desenmascarar para llegar a la esencia propia, busca rescatar, resignificar y sanar. La conexión es con uno mismo para poder conectar con otros desde el amor.
Julia Kristeva nos dice que: “Ser psicoanalista es saber que todas las historias terminan hablando de amor.” Y “Sólo somos personas cuando nos situamos frente a otro, nunca de forma aislada. Lo que nos convierte en personas es el vínculo con el otro, la relación de amor.”
Tenemos la oportunidad de utilizar el proceso creativo al crear y reconocer las emociones, la sensibilidad y lo humano también cuando disfrutamos del arte, en museos, en galerías, con los artistas o de manera virtual.
El arte y el psicoanálisis es acción, es catártico y es amor. El deleite de crear, y de admirar obra me deja feliz, tranquila, inspirada, y en paz. Para conectar les recomiendo la exposición Mirando hacia Adentro de Oswaldo Vigas en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México, inolvidable experiencia!
Comments