Por Liliana Fischer
El arte de poner límites es fundamental para el respeto propio. Todos tenemos límites que delimitar que son propios: nuestros deseos, opiniones, necesidades, principios y los que nos separan del otro.
Estos límites se consideram líneas sagradas que nos pertenecen a nosotros y a nadie más. No deben de ser sobrepasadas ni siquiera por las personas más queridas, al hacerlo se falta al respeto y la confianza de la persona.
La asertividad es un concepto productivo que implica respetar los límites de los demás y los propios. Incluye un conjunto de conductas interpersonales que permiten la expresión adecuada de sus opiniones, sentimientos, y emociones con claridad y sinceridad respetando a los demás y a sí mismo.
Algunas características de las personas asertivas son: una buena autoestima, respetuosos consigo mismos y con los demás, sensación de manejo emocional, satisfechos con sus relaciones, pueden aclarar mal interpretaciones, se saben defender sin agresividad, expresan sus emociones positivas y negativas, son capaces de diferir en opiniones sin discutir, hacen contacto ocular directo, saben aceptar sus errores, pedir aclaraciones y disculpas, y saben decir “no”.
La empatía consiste en percibir lo que sienten los demás, al ver las situaciones desde la perspectiva del otro, y se considera una aptitud social que permite la cercanía con los demás.
Las habilidades sociales apoyan a manejar bien las emociones propias y las de los demás en una relación e interpretar asertivamente las situaciones que ocurren e interactuar productivamente dependiendo del tipo de relación. Estas habilidades ayudan a persuadir, entender, manejar emociones y pensamientos, comunicar, negociar, y resolver disputas.
El manejo de la inteligencia emocional es clave para estar en equilibrio con uno mismo y para desarrollar relaciones afectivas, sociales y profesionales de colaboración, respeto e intimidad.
David Goleman, define la Inteligencia Emocional como una manera de entender los procesos cognitivos más allá del pensamiento lógico y racional. La describe mediante cinco principios o elementos de la Inteligencia Emocional:
La Autoconciencia emocional que es la capacidad de comprender nuestros propios estados de ánimo.
La Autorregulación emocional es la habilidad para controlar las conductas basadas en impulsos emocionales y, de este modo, adaptarnos mejor a las dinámicas sociales.
La Motivación es la capacidad de orientar nuestras energías hacia una meta u objetivo.
La Empatía es la cualidad de entender y vivir como propios los estados emocionales de otras personas.
Las Habilidades sociales son la tendencia a dar siempre la respuesta más adecuada a las demandas sociales del entorno.
Adoptar el estilo asertivo y empático te permite sentirte equilibrado y tranquilo en la vida, sin embargo, no garantiza que los demás nos respondan del mismo modo.
Las líneas sagradas son aquellos límites que ponemos y que no se deben cruzar, al hacerlo de manera empática y asertiva, garantizan el respeto propio y la paz interna.
Todo comienza con uno mismo. A trabajar en la inteligencia emocional atendiendo la autoconciencia emocional, la autoestima, la autorregulación, la motivación, la empatía, la asertividad, las habilidades sociales con consciencia y no cruzar las líneas sagradas de los límites!
“Sé consciente de que en este momento estás creando. Estás creando tu próximo momento basado en lo que sientes y piensas. Eso es lo que es real” Doc Childre.
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