MBA Kathia Bustillos
Probablemente hayas oído hablar de la importancia de la resiliencia. Es fundamental en momentos de crisis, pero también es útil para enfrentar situaciones cotidianas que causan estrés, como el tránsito en horas pico, los malentendidos entre amigos y otros.
¿Qué es la resiliencia y por qué es importante?
La mayoría de la gente conoce la palabra “resiliencia” pero a menudo la malinterpreta. La resiliencia es la capacidad de recuperarse de pensamientos o experiencias difíciles, pero no se basa en pensar en positivo ni en evitar el estrés. Ser resiliente implica estar presente en los momentos difíciles y manejar las emociones que surjan. No se trata de evitar los sentimientos, sino de aceptarlos y confrontar hábilmente las situaciones.
La resiliencia también es parte de la salud mental. Puede ayudar a afrontar mejor el estrés y a agobiarse menos en momentos difíciles. Por otro lado, a quienes les resulta difícil desarrollar resiliencia les cuesta más recuperarse de las dificultades, las preocupaciones o la ansiedad, es posible que se cierren en sí mismos, se vuelven irritables o recurran al alcohol, el tabaco o las drogas para evitar sus sentimientos.
Las dificultades para desarrollar resiliencia también pueden tener efectos físicos, como insomnio, problemas en el estómago, dolores de cabeza y tensión muscular.
¿Es posible desarrollar la resiliencia?
Todos nacemos con algo de resiliencia, pero los niveles de cada uno pueden variar debido a cuestiones como la genética y los contextos económicos o sociales. Para ser más resilientes podemos aprender a usar herramientas y estrategias de afrontamiento en momentos difíciles. Tener un kit de resiliencia puede ayudarnos a controlar la intensidad de la depresión, la ansiedad, el estrés o la preocupación para que sean más fáciles de manejar.
Preste atencion a sus sentimientos
El primer paso para desarrollar la resiliencia es aprender a identificar las diferentes emociones, tanto buenas como malas. Si tienes problemas para describir tus sentimientos, no eres el único. A las personas les resulta difícil saber cómo se sienten porque no les enseñan a hacerlo.
Pide ayuda
Ser resiliente no implica enfrentar las dificultades por tu cuenta. Está bien que pidas ayuda cuando tienes problemas. Sera más fácil pedir ayuda si has cultivado la relación con familiares, amigos, compañeros de trabajo o líderes religiosos y espirituales, pueden ser un buen sistema de apoyo. También puedes buscar un profesional de salud mental para obtener el apoyo que necesitas.
Haz una lista de tus aptitudes
Al tomar nota de tus aptitudes, tal vez descubras rasgos que habías olvidado que tenías. Esto te servirá cuando te sientas triste, enfrentas una dificultad.
Haz una lista de cosas que hacen que te sientas mejor
A veces, el estrés puede hacerte olvidar todos los recursos que pueden ser útiles. Anótalos para poder tenerlos presentes cuando los necesites. Los recursos pueden incluir:
· Meditar
· Salir a caminar o hacer tu clase de ejercicio favorita
· Leer
· Escuchar música
Practique la atencion plena
Cuando nuestra mente permanece en el pasado, tendemos a deprimirnos y a sentir remordimientos, y cuando pensamos en el futuro, tendemos a sentir más ansiedad y temor. Practicar la atencion plena puede ayudarnos a estar en el momento presente.
Evita compararte con otras personas
No es justo compararte con otras personas, especialmente en las redes sociales. Si sientes estrés, ansiedad o depresión, limita o evita las redes sociales. También selecciona a quien seguir. Elige a las personas que reflejan tus valores y tus puntos fuertes y recuerda que lo que la gente publica en las redes sociales no siempre es una imagen fiel de la realidad.
La resiliencia requiere práctica, y es higiene para tu salud mental y emocional. A veces se piensa que la resiliencia es algo que se alcanza y se mantiene para siempre, y parte de este trabajo es recordar que eres fuerte y has superado dificultades.
¡PERSEVERA, ¡AUNQUE TOME TIEMPO, LO CONSEGUIRAS!
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