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El sentido de vida y su significación desde el autoconcepto.


Por Liliana Fischer



El sentido de la vida, según Viktor Frankl (El hombre en busca de sentido), consta en encontrar un propósito. Si definimos el “por qué”, probablemente encontraremos un “cómo”. Si nos sentimos motivados y utilizamos el libre albedrío, podremos generar todos los cambios necesarios para crear nuestra realidad, es decir, lo que queremos ser en el presente, con acción y determinación.

Para definir el sentido de vida partimos del autoconcepto, con el YO real desde la consciencia y la vocación -que es el llamado interno- lo que nos apasiona y nos produce satisfacción personal. Si la vocación va de la mano con la profesión o el trabajo que desempeñamos, estaremos más plenos.

El Dr. Alfonso Ruiz Soto, fundador de Semiología de la Vida Cotidiana, comenta que el proyecto de vida se hace con lo que soy, con lo que sé y con lo que tengo; esos elementos te proporcionan el con lo que puedo. Y menciona que, en todo logro, hay una pasión, un proceso, una disciplina, un compromiso y una trayectoria.

El sentido de vida puede ser cambiante, y se puede seguir cuestionando desde las múltiples experiencias y el aprendizaje continuo para ir transformando el Ser.

El autoconcepto se busca desde la autopercepción, la autoobservación, el auto escucha y la apreciación interna. Viene de adentro, no de fuera.

Si nos quedamos con las percepciones ajenas o estigmas creados, nos limitamos y nos condicionamos. Para descubrirnos, hay que aventurarse a cambiar lo establecido por otros, hay que quitar prejuicios y programaciones externas. Hay que rescatar, resignificar y remendar las experiencias en positivo.

El lenguaje interno y el cómo vivimos las experiencias, nos dan la posibilidad del cambio, si es en positivo, desde la consciencia y sin juicio. La vida se cambia en el aquí y el ahora con cambio de creencias, patrones no productivos y descubriendo el potencial que no se ha aprovechado.

Es interesante que antes de la pandemia y de la crisis de salud, conscientemente no procesábamos si el mañana iba a estar. Y de una forma más consciente, algunos hicimos del hoy el día para accionar todo lo pendiente en diversos ámbitos de la vida.

Podemos decidir hoy no procrastinar y cambiar el hábito de dejar para más adelante las actividades que deben atenderse. Dejar el auto boicoteo y soltar los obstáculos que nos ponemos para alcanzar nuestras metas.



La procrastinación y el auto boicoteo conectan con el miedo. El miedo forma parte de la condición humana, y, a veces, nos ancla a permanecer cómodos en nuestra situación.

El miedo también puede impulsarnos a avanzar y darnos nuevas experiencias para el crecimiento personal y profesional, si se procesa como pulsión de vida.

Ruiz Soto, comparte que para ser feliz hay que convertirnos en una persona que uno mismo pueda admirar y resume todo en tres palabras: “Conócete, Transfórmate y Realízate”.

Hoy podemos comenzar con hacer la introspección y responder a las preguntas: ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Cuál es mi sentido de vida? ¿Qué me hace feliz? ¿Cuál es mi vocación? ¿Cómo lo voy a lograr? Y de ahí perseverar con todo, cambiando desde el presente.

“La vida no se mide por los momentos que respiramos, sino por los momentos que nos dejan sin respiración” Maya Angelou.



Contacto:

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