Por María Isabel Uribe Velasco / Psicóloga Clínica
Hola amigos les saludo, deseando se encuentren bien.
El día de hoy retomaremos el tema que a mí en lo personal me gusta mucho, la autoestima.
Para refrescar un poco lo que sabemos sobre ella, diré que la autoestima es el valor personal que tenemos cada uno hacia nosotros mismos; es cómo nos sentimos y nos pensamos. Lo que también llaman amor propio.
Es también importante señalar que nosotros no nacemos sabiendo qué es nuestro valor personal.
El amor propio lo vamos construyendo de acuerdo a lo que nuestro entorno nos enseña de nosotros mismos cuando somos niños. Lo aprendemos a partir de lo que nuestros padres, maestros, y familiares dicen y nos dicen de nosotros, por la forma en que nos tratan y particularmente por la forma en que nos hacen sentir.
Y aquí también deseo hacer una revisión pues mucho del por qué no tenemos de adultos una autoestima valiosa, fuerte y con una identificación clara de nuestro valor personal, es porque de pequeños vivimos carencias afectivas.
Este concepto de la buena autoestima, aunque ya tiene manejándose desde los años sesentas, no se ha fomentado como desearíamos y no ha podido consolidarse dentro de nuestra mente. Es cierto que es algo que se ha dado dentro de los individuos dependiendo del contexto, la situación, incluso el género en que se haya nacido. Por ejemplo el hijo o hija de un rey, desde que nace, todos los mensajes que recibe es que es un ser humano sumamente valioso e importante, no así el hijo o hija de una familia de bajos recursos, esfera social o política.
Seguramente desde que el ser humano apareció en la tierra, su valor dependió de algunas de estas condiciones. Fue a mediados del siglo pasado cuando se empezó a hacer énfasis en que el ser humano como tal, es valioso, individual, que tenía derecho a una existencia de respeto por sí mismo y por los que le rodeaban, independientemente de su género, raza, condición social o económica
De ese entonces a este momento, ya sabemos qué hacer para mejorar la crianza y así terminemos de encontrar cómo hacer que el ser humano desde pequeño se sienta valioso; y que este sentimiento y pensamiento de valía personal y amor propio, lo lleve a la vida adulta desarrollando sus talentos y potencialidades para ser una mejor persona.
La idea aplicada a la acción a veces parece imposible, sin embargo, cada día somos más los que estamos convencidos que una persona con buena autoestima es aquella que conoce sus talentos, fortalezas, defectos y debilidades; esto como consecuencia natural nos lleva a amarnos, reconocernos y aceptarnos. Todo esto nos ofrece un pilar y dirección para nuestra vida.
Por ello es muy importante que lo tomemos en cuenta, y nos esforcemos en crear este sentimiento e idea en nuestros pequeños, y que continuemos fomentándola en nosotros mismos durante toda la vida.
El amor siempre nos salva.
Que se encuentren muy bien y tengan una excelente vida.
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