La Guelaguetza: Celebración de la Diversidad Cultural de Oaxaca
- Aria Celeste

- 13 ago
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La Guelaguetza es una festividad profundamente arraigada en la cultura oaxaqueña. Cada año, durante los dos lunes más cercanos al 16 de julio, se vive esta tradición que celebra la riqueza étnica y cultural de Oaxaca, un estado que orgullosamente muestra su diversidad a través de bailes, música, comida y vestuarios típicos. Para mí, la Guelaguetza no solo es una fiesta, sino una manifestación viva de historia, identidad y convivencia que trasciende generaciones.
El origen de esta celebración se remonta a épocas prehispánicas. La palabra "Guelaguetza" proviene del zapoteco "guendalizaa", que significa “ofrenda, presente o cumplimiento”. En tiempos ancestrales, sus raíces están profundamente conectadas con rituales en honor a los dioses, especialmente a Centéotl, la diosa del maíz, que era vista como fuente de vida y fertilidad. Era costumbre realizar ofrendas en agradecimiento por las cosechas y para implorar buenas siembras, en una especie de intercambio con lo divino.
Con la llegada de la colonización, la festividad también evolucionó. Se adaptó a la celebración religiosa de la Virgen del Carmen, la festividad oficial en la que se enmarca la Guelaguetza moderna. Sin embargo, mantuvo su esencia de intercambio, convivencia y comunidad. La celebración en los tiempos actuales no solo conmemora esa historia prehispánica, sino que además es un importante reflejo de la identidad pluricultural de Oaxaca.
Uno de los lugares emblemáticos donde se vive con mayor esplendor la Guelaguetza es en el Cerro del Fortín, en la ciudad de Oaxaca. Aquí, en el llamado "Lunes del Cerro", se congregan diferentes comunidades y delegaciones regionales, que muestran sus bailes, música, trajes tradicionales y danzas ancestrales. Lo que más admiro de esta festividad es la diversidad que se refleja en cada presentación: cada región aporta su propia historia, su idioma y su forma de expresarse, creando un mosaico de culturas en un solo espacio.
Además de las presentaciones artísticas, la Guelaguetza también es un espacio de intercambio cultural y gastronómico. Cada comunidad comparte sus tradiciones, platillos típicos y costumbres, enriqueciendo aún más el significado de la fiesta. En ese intercambio, encuentro una manera de comprender mejor la riqueza que poseemos en Oaxaca y la importancia de valorar nuestras raíces.
Un evento que también llama mucho mi atención es el certamen en el que eligen a la mujer que representa a la Diosa Centéotl, símbolo de fertilidad y abundancia, especialmente relacionada con el maíz. Este acto es una muestra más del compromiso de mantener viva la tradición y rendir homenaje a nuestras deidades ancestrales que, de alguna manera, aún gobiernan nuestras vidas.
La importancia de la Guelaguetza trasciende lo cultural. Para el mundo, esta festividad ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo su valor universal. Para mí, es la muestra más clara de la riqueza cultural de Oaxaca, donde múltiples lenguas, costumbres y tradiciones conviven en armonía. Además, es un importante atractivo turístico para la región, que cada año atrae a miles de visitantes nacionales e internacionales, generando un impacto económico que beneficia a muchas comunidades.
Conservar y promover la Guelaguetza es una manera de seguir viviendo en comunidad, de preservar nuestras raíces y de compartir con el mundo la belleza de Oaxaca. Para mí, esta festividad es mucho más que un evento anual; es un reflejo vivo de nuestra identidad y un legado que debemos seguir valorizando y transmitiendo a las futuras generaciones.









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