Autoconocimiento / Por: Cristina Arias
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Escuchaba a un maestro en política hablar de que los estrategas planean a detalle todos los aspectos de la guerra y que, de igual manera, planean la postguerra.
Para mí fue un impacto escucharlo, ya que sinceramente no lo había pensado, mas tiene mucha lógica. ¿Qué voy a hacer si gano? y ¿qué voy a hacer si pierdo? ¿cómo me recupero en ambas situaciones?
Por otra parte, hemos escuchado la frase “elije tus batallas” una frase muy cierta, y que, a estas alturas, creo que la mayoría preferimos estar en paz que pelear por demostrar que tenemos la razón. ¿Te has puesto a pensar que gano con eso? El único que gana es el ego, el orgullo.
Así como en las guerras se requieren múltiples y costosos recursos, las discusiones y pleitos nos consumen mucha energía; la energía es el recurso más valioso que tenemos, ya que sin ella no podríamos funcionar.
Esta misma energía la pudiéramos utilizar para construir en lugar de destruir al quedar agotados por una discusión o batalla que poco merecía la pena.
Atesora tu paz, te comparto una herramienta que aprendí de un jovencito al que aprecio mucho, Pepo es especial, sin embargo, me sorprende su inteligencia emocional.
Cuando le reclaman algo, lo regañan o le hacen algún comentario para molestarlo el responde acompañado de una dulce e interrogante mirada “si, ¿verdad?”, dejando totalmente desarmado a quien lo está provocando… simplemente le da la razón y hace lo que tiene que hacer ahorrándose la discusión, el mal momento y el derroche de energía.
No hay guerra, ni postguerra. Con el poderoso “si, ¿verdad?”, claro, siempre que se pueda aplicar en nuestro día a día.
Lo encuentro una manera muy diplomática de no engancharse cuando las discusiones no valen la pena.
Una herramienta de la Sicoterapia Gestalt que comparto con mis clientes y para mí ha sido muy útil, es el darse cuenta en las 3 zonas.
La zona externa. - lo que pasa fuera de tu piel, describe lo que está ocurriendo físicamente, objetivamente y centrándote en los hechos.
Por ejemplo, “veo la recámara de mi hijo muy desordenada, la ropa fuera de lugar, cajones abiertos, zapatos fuera del closet y la cama desatendida.”
En la zona Interna. – lo que pasa de tu piel hacia adentro, tus sensaciones físicas.
Por ejemplo, “al encontrar la recamara de mi hijo desordenada, siento rabia e impotencia, se me revuelve el estómago, me se me agita la respiración.”
En la zona de fantasía. - lo que interpreto de lo que veo y siento acerca de esto.
Por ejemplo, “me desespera que no me haga caso y que esté cómodo entre el desorden, me aterra que siempre vaya a ser desordenado, no tolero que un área de mi casa esté en tal desorden.”
Este ejercicio ayuda al autoconocimiento, a observar como reaccionamos ante las distintas situaciones, a diferenciar entre lo que es mío y lo externo; al conocerte y observarte, puedes tener mejor autodominio y dirigir tus actitudes hacia donde tú conscientemente lo decidas y no hacia donde tus emociones te lleven.
Cuando nos enojamos segregamos sustancias químicas que alteran el equilibrio natural del cuerpo, se debilita el sistema inmunológico, el corazón bombea con más intensidad al acelerarse la respiración y se pueden provocar contracturas musculares y dolores de cabeza.
Todo eso pasa en tu cuerpo, si la otra persona tiene habilidad para gestionar sus emociones, no pasará en ella… ahora pregúntate, ¿quiero eso para mí cuerpo? ¿Vale la pena? ¿Vale la pena la guerra y la postguerra? Valora en qué estado estarás una vez finalizada la discusión.
Cuida tu energía y tu paz; puedes expresarte sin alterarte, otro día hablaremos de la comunicación asertiva.
Conócete, Acéptate, Ámate.
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