El cambio climático, también conocido como calentamiento global, es el calentamiento del planeta de forma no natural que estamos experimentando actualmente. Aunque los cambios en la temperatura global ocurren naturalmente, el ritmo actual es mucho más rápido que los procesos naturales y es el resultado de la actividad humana. Cuando quemamos combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo) en la producción, el transporte, la energía o en cualquier otra cosa, se emite dióxido de carbono a la atmósfera. Este dióxido de carbono se acumula en la atmósfera provocando el efecto invernadero. El efecto invernadero es lo que mantiene caliente a nuestro planeta. Sin embargo, la producción de dióxido de carbono adicional significa que el proceso funciona demasiado bien y que el planeta se está calentando más de lo que debería. Desde la revolución industrial, hemos quemado demasiado carbono y usado demasiado los recursos naturales, lo que significa que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera son mucho más altos de lo que deberían ser naturalmente.
¿Entonces, por qué es importante?
Unos pocos grados de aumento de la temperatura global pueden no parecer gran cosa, pero este cambio provoca el aumento del nivel del mar, la pérdida de hábitat, el derretimiento de los hielos polares, más tormentas, sequías e incendios forestales.
Específicamente en el Valle de Eagle, el cambio climático está contribuyendo a la sequía, a veranos más calurosos, a menos nieve en el invierno e incendios forestales.
El cambio climático también es un problema de derechos humanos porque hace que las personas pierdan sus hogares, sus medios de subsistencia y, a veces, incluso sus vidas. Adicionalmente, el cambio climatico afecta de manera desproporcionada a las personas de color y a los países del sur global, a pesar de que las mayor parte de contribuciones al cambio climático no provienen de estas comunidades.
¿Qué podemos hacer al respecto? Se necesita un cambio sistémico amplio para combatir verdaderamente el cambio climático. Sin embargo, las acciones individuales pueden marcar una gran diferencia. Usar menos energía, reducir los desechos, conducir menos y alentar a otros a hacer lo mismo puede hacer que su vida sea más sostenible. Todas estas acciones reducen su huella de carbono (o la cantidad de dióxido de carbono liberado por sus acciones), lo que ayuda a reducir el cambio climático.
Acciones como usar menos agua, plantar plantas nativas, reducir la basura y tener mucho cuidado con los incendios son estrategias que pueden ayudar a reducir los impactos que ya está teniendo el cambio climático.