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QUIEN FUE LA MUJER QUE ESTUVO DETRÁS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL PUENTE DE BROOKLYN




Cuando uno admira el majestuoso Puente de Brooklyn, que conecta Manhattan con Brooklyn sobre el río East en Nueva York, es fácil pensar en estructuras, acero y piedra. Pero lo que muchos no saben es que en los cimientos de esa colosal obra también está la inteligencia, el coraje y la determinación de una mujer: Emily Warren Roebling, una pionera que desafió las normas de su época y dejó huella en la historia de la ingeniería.




La historia del Puente de Brooklyn comienza con John A. Roebling, un ingeniero visionario que concibió la idea de un puente colgante que uniera los distritos de Nueva York. Pero John murió en 1869, antes de que pudiera ver su sueño tomar forma. Su hijo, Washington Roebling, tomó las riendas del proyecto como ingeniero jefe. Sin embargo, poco después, Washington enfermó gravemente de lo que hoy se conoce como "la enfermedad del buzo" (mal de descompresión), causada por trabajar en los cajones de cimentación del puente bajo el agua.


Incapaz de continuar en el sitio de construcción, Washington quedó recluido en su casa. Fue entonces cuando Emily Warren Roebling, su esposa, dio un paso al frente.

Emily no era ingeniera de formación, pero su cercanía con Washington y su sed de conocimiento la llevaron a aprender sobre materiales de construcción, resistencia estructural, matemáticas, física, y diseño de puentes. Se convirtió en la única conexión entre su esposo y el equipo de construcción.


Durante más de una década, Emily no solo transmitía instrucciones, planos y decisiones técnicas, sino que también supervisaba la obra directamente, resolvía conflictos, defendía decisiones ante los inversionistas y ganaba el respeto de obreros y autoridades.

Cuando el Puente de Brooklyn fue inaugurado el 24 de mayo de 1883, Emily fue la primera persona en cruzarlo, montada en un carruaje y llevando un gallo como símbolo de victoria.

Ese día, un orador declaró ante la multitud:


“El nombre de la señora Emily Warren Roebling será inseparable del puente como el de su esposo.”


Emily no solo fue una figura clave en la finalización del puente, sino que también abrió camino a las mujeres en campos dominados por hombres, especialmente en la ingeniería. Su papel fue tan destacado que el Congreso de Estados Unidos reconoció su labor, y más tarde fue incluida en libros de historia y estudios de género como un símbolo de inteligencia, determinación y valentía.

Emily siguió siendo una mujer activa en la vida pública y académica. Estudió derecho, participó en organizaciones sociales y escribió sobre temas técnicos. Fue madre, defensora de los derechos de las mujeres y un ejemplo de cómo el conocimiento y la perseverancia pueden romper cualquier barrera.

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