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Tiempo de y para la mujer

Por: kathia Bustillos

Después de haber concluido las elecciones históricas del 2021 en México el pasado 6 de junio, las cuales supuestamente fueron de “paridad de género” para cumplir la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), aunque los partidos políticos hayan designado por lo menos a 7 mujeres como candidatas a gobernadoras -claro, en estados donde tenían menor probabilidad de ganar-, me sigo preguntando: ¿verdaderamente se implementarán políticas públicas integrales de acompañamiento, a las acciones afirmativas que aboguen por la transformación cultural y atiendan las causas de raíz?.

Las acciones afirmativas son políticas públicas, cuyo objetivo es compensar las condiciones que discriminan a ciertos grupos sociales del ejercicio de su derecho, como son: las mujeres, personas en condición de discapacidad y las comunidades indígenas, entre otros, analizando el contexto de exclusión y vulnerabilidad en que se originan las mismas. Sin embargo, su carácter debe de ser temporal.


Para todos aquellos que queremos y deseamos una sociedad igualitaria y justa, buscamos que todos los seres humanos sean tratados como iguales socialmente, es decir, igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades e igualdad de resultados, con los mismos derechos políticos, económicos, sociales y civiles, desterrando los estereotipos y los roles de género arcaicos y dañinos en la conciencia colectiva de nuestras sociedades. Un ejemplo es la visión androcéntrica del mundo, la cual separa a mujeres y hombres y refuerza estereotipos de unas y otros, según los roles de género que deben cumplir en las diversas esferas de la vida pública y privada.

Mujeres y hombres tenemos características fisiológicas y sexuales distintas. A esto llamamos “sexo”.Nos diferenciamos porque cada cultura ha desarrollado una valoración y un significado distinto a esas diferencias de sexo, y ha elaborado ideas, concepciones y prácticas acerca del ser hombre y ser mujer. Este conjunto de normas y características sociales, económicas, políticas, culturales, psicológicas y jurídicas asignadas a cada sexo diferencialmente y, de acuerdo con un orden preestablecido, es lo que conocemos como “genero”. Se nos enseña a ser mujer o a ser hombre, dependiendo de las características fisiológicas del cuerpo y genitales externos.


La generación de una sociedad igualitaria y justa definitivamente requiere de un cambio cultural y social. En el mundo, más de la mitad de la población somos mujeres y niñas. La igualdad de género requiere un trabajo puntual en las siguientes aéreas:

·Participación en la política, no solo en cuanto a ocupar cargos políticos sino también en la participación en los procesos de toma de decisiones importantes.

·La educación es una forma de empoderar a las mujeres y lograr que puedan adquirir conocimientos que les ayuden a hacer elecciones en su vida personal y profesional.

·La participación en la fuerza de trabajo aporta la posibilidad de tener la vida que se desea y tener mayor autonomía persona.

¿Cómo contribuir para el cambio?

·Educar en base al valor de la igualdad, evitando estereotipos de género.

·Utilizar un lenguaje NO sexista, evitando que las mujeres sean ocultadas y logrando la igualdad en el trato entre mujeres y hombres.

·Fomentar la igualdad en el trabajo y facilitar la existencia de una igualdad real de oportunidades, con salarios equitativos en puestos iguales, independientemente del género.

·Apoyar a la asunción de responsabilidades por igual, ya que el cuidado de las hijas e hijos o las tareas domésticas, deben de ser repartidas por igual entre mujeres y hombres, de forma que el reparto de responsabilidades sea equitativo.


Tu papel en el cambio para la igualdad de género es fundamental, y la educación de las generaciones futuras es la base para que siempre sea EL TIEMPO DE Y PARA LA MUJER.

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