Por Fernando Maroño
Últimamente, me he dado cuenta que la mayoría de la gente considera estos tiempos en los que estamos actualmente transitando, como conflictivos, llenos de prisa y preocupaciones, complicados, retadores y desmoralizadores. Y siento que la ansiedad, el estrés, la pena, el enojo y el dolor, se han convertido en una rutina. Es tanto el tiempo en el que permanecemos en un estado de inquietud por todo lo que nos rodea, que hemos olvidado el hábito más importante que podamos construir: el agradecer.
Es común escuchar de la gente quejas, inconformidades, problemas que están enfrentando… y casi nunca te dicen que están agradecidos por su vida.
Haz la prueba, pregúntale a diez personas “¿cómo estás?” y te aseguro que la gran mayoría (quizá todos) te digan: “BIEN” … y luego te platiquen alguna situación por la que están pasando, incluso positiva, pero probablemente NINGUNO te diga: “me siento (o estoy) agradecido”.
Claro que hay muchas personas pasando momentos buenos, con alegrías y felicidad, sin embargo, lo damos por sentado. Nos sentimos bien, pero muy pocos agradecemos.
No hemos construido el hábito de agradecer. Lo más curioso, es que es una de las cosas más fáciles que podemos hacer para que nuestra vida mejore. Hay un dicho español que dice: “Es de bien nacidos el ser agradecidos” y aún con toda la verdad del mismo, la mayoría no acostumbramos a serlo.
El problema, creo yo, es el hecho que muchos consideran que es más malo lo que les sucede que bueno. Estamos tan enfocados en querer tener más, poseer más, sentirnos más…y no pensamos que, si no estamos agradecidos por lo que ya tenemos, ¿Qué nos hace creer que seremos felices con más?
Digamos que en estos momentos tienes un gran reto, te sientes abrumado, abandonado, destituido, traicionado, enojado…no importa lo que te esté sucediendo, si estás desanimado, si te sientes solo, si crees que tienes grandes problemas, no importa si hay tristeza, desazón, soledad o ira en tu vida; lo que importa es que ESTÁS VIVO y que la vida es para llenarla de buenos momentos sabiendo que tienes todo lo necesario para lograrlo.
Sacude tu dolor, tus miedos, tu coraje, tus dudas y todo lo que te detiene y agradece y vive la vida agradecido.
Todo lo que hacemos, a cada momento, en cada hora, en cada día, determina la forma en que será nuestra vida a partir de este momento… ¿Por qué desperdiciarla con rencores, con mediocridad, con estrés, con amargura, con desamor, con tristeza? Hay que vivir cada momento intensamente, la vida es demasiado corta para quedarnos cortos.
Ser feliz no es tener una vida perfecta, ser feliz es reconocer que la vida vale la pena a pesar de las dificultades y debemos agradecer todo lo que nos sucede, aunque en ese momento parezca algo terrible. Ya que aprendemos, nos fortalecemos, nos hacemos humildes y nos bendecimos cada que agradecemos.
Este día escoge NO enfocarte en lo que crees que le FALTA a tu vida, sino enfócate en AGRADECER toda la abundancia que tienes: salud, amor, familia, talento, un techo, alimento, trabajo, etc. Cada quién tiene miles de cosas que agradecer. Recuerda que la vida no te da garantías, sólo te da oportunidades y posibilidades para que hagas el mejor uso de ellas.
Construye un hábito de agradecimiento… todos los días, al despertar, agradece el hecho de estar vivo; de tener a alguien que te quiere, de tener a quién querer, de tener retos que te harán más fuerte, de las fuerzas con que cuentas para enfrentar al mundo.
Construye un hábito de agradecimiento… durante el día, agradece el sol, la lluvia, el calor, el frío, tu ropa, tu trabajo, tu capacidad de moverte, tu sudor, tu cansancio. Son prueba de que estás en movimiento hacia una mejor vida.
Construye un hábito de agradecimiento… por la noche, antes de dormir, agradece haber terminado un día, el haber sido productivo, el haber aprendido algo, haberte divertido, haber comido y el tener la oportunidad de descansar en un lugar seguro.
Construye un hábito de agradecimiento…si quieres cambiar tu vida, da las gracias constantemente. Cambiará tu vida poderosamente, te sentirás más pleno, lograrás más cosas, obtendrás más bendiciones, y serás más feliz.
Gracias infinitas a ti por leerme.