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CUIDEMOS EL EQUILIBRIO ECOLÓGICO

Las ciudades y su gente

Luz Elena Picos



En México no nos distinguimos por ser protectores del Ambiente. La modernidad lo identifica como Medio Ambiente. Con el nombre que guste, hasta los niños de primaria saben que se trata de la prevención, preservación y restauración del equilibrio ecológico. Y lo que para muchos en el pasado reciente solo era una pose, ahora con todos los desequilibrios climáticos ya lo están tomando en serio.


No todos, pero hay dos hechos irrefutables, por un lado el gobierno federal con la construcción del Tren Maya está propiciando la destrucción de hectáreas de áreas verdes y algunos cenotes. Y la naturaleza, acaba de dar un golpe mortal vía el huracán Otis, destruyó todo lo que encontró a su paso, edificios, hoteles, cientos de casas habitacionales e importantes áreas verdes como el icónico Parque Papagayo que fue borrado del mapa.


En Baja California desde el 2001 fue publicada la Ley de Protección al Ambiente y en noviembre de 2017 reformada, actualizada, ampliada. Cuenta con 208 artículos y varios transitorios. Los legisladores locales se esmeraron pues regularon las disposiciones de la Constitución del Estado, garantizando el derecho de toda persona a gozar de un ambiente adecuado para su desarrollo, salud y bienestar, además de vigilar el cumplimiento del deber que tiene toda persona de proteger al ambiente.


Lo curioso es que esta ley tan amplia y podría decirse “de avanzada”, a la fecha no cumpla con todo lo que plasmaron los legisladores. En primer lugar porque no ha tenido difusión suficiente, en segundo porque el Consejo Estatal de Protección al Ambiente, tiene el problema de casi todos los consejos regulatorios: lo integran el titular del Ejecutivo Estatal, además 7 titulares de distintas Secretarías y hasta un legislador estatal. Lo bueno es que se acordaron de los ciudadanos y convocan a uno por cada municipio.


¿Por qué no funciona este Consejo? Simplemente porque los Secretarios de Estado, raras veces, por no decir nunca, no promueven sesiones de trabajo y menos asisten a ellas. Es raro que una buena ley no convoque a la ciudadanía a organizarse. Hasta el 2022 en el estado, solo había 10 Organismos de la Sociedad Civil dedicados a distintas áreas de la protección del ambiente.



Es verdad que Baja California, por fortuna está situada geográficamente hasta hoy, fuera de la ruta de los ciclones y huracanes, que en el caso de Guerrero, acabó con casi todas las áreas verdes de Acapulco y alrededores. Pero aquí hay muchos incendios y recientemente lluvias atípicas, que nos dicen se incrementarán. Aquí hay muchísimos basureros clandestinos y áreas peligrosas ocupadas por cientos de migrantes.


Si los gobiernos no convocan a que la sociedad civil se organice, atienda las distintas áreas para restaurar, preservar y fortalecer el equilibrio ecológico, el sector del Voluntariado debe hacerlo. Podría ser un compromiso con Baja California, con sus municipios y por supuesto con nuestras familias. Es por el bien de todos.


Revista Digital

"Hablemos de

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