top of page

“Deja a las personas mejor de como las encontraste”

Por Larissa Osuna L.


¿Has leído esta frase? Yo sí y me encanta. Creo que el significado que tiene es profundo y poderoso.

Profundo porque internamente los seres humanos lidiamos con dificultades y pruebas que afectan nuestro andar diario. Poderoso, y es a esto que me quiero referir, porque tenemos un poder en nuestra boca que debe ser usado para edificar vidas por medio de palabras de ánimo y afirmación.

Tenemos el poder de escuchar y ser empáticos; de animar y de ayudar a otros a ver la realidad con los ojos de la esperanza cuando pesimismo es lo único que pueden sentir.


Para los que somos creyentes y entendemos que somos un instrumento de amor y servicio a otros por medio del cual la mano de Dios acaricia a sus hijos, debemos entender que un poder que no se ejerce no es poder.

¿Y qué se requiere? Primero que nada, amor por nuestro prójimo traducido en el interés y la voluntad de hacer la diferencia en la vida de alguien más. Quizás tú mismo estés pasando por aflicciones y pienses que no te alcanza para dar nada a nadie y quizás creas que tú eres quien necesita de los demás, pero ¿sabes algo? Mientras más te vacíes para dar a otros, más te vuelves a llenar, así es como funciona. El servicio a otros nos engrandece, aunque pareciera lo contrario.

¿Te ha ocurrido encontrarte con alguien que tiene hacia ti una consideración o gesto de bondad y que llega en un momento de gran necesidad interna? a mi sí, en la forma de una palabra oportuna, un abrazo y hasta una oración reconfortante. Te imaginas si todos ejerciéramos este poder para impactar vidas? Creo que hay muchas personas esperando ahí afuera ese mensaje para sus corazones, que tú estás en posibilidades de brindar.


Y no deseo parecer ingenua, sé que existe la maldad y que el egoísmo y narcisismo imperan en la sociedad a la que pertenecemos, hay muchas cosas en contra que promueven el individualismo, no necesito mencionarlas porque todos las conocemos, pero creo debemos luchar contra esa inercia; basta con analizar a los miembros de una misma familia, cada cual en sus asuntos dentro de las mismas cuatro paredes y tan lejos unos de otros como si los separara un océano.


¿Estás bien? ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Qué necesitas? ¿Cómo puedo orar por ti? Son algunas maneras de mostrar interés y que abre la puerta para que la otra persona sienta que importa.

Y es que en ocasiones vamos demasiado aprisa. No vemos, no escuchamos, no percibimos porque hay que correr y correr para al final darnos cuenta de que el tiempo pasa igual que si caminas, si observas, si te detienes, si analizas, si prestas atención a los que te rodean.

Renuncia a vivir solo para ti y multiplícate para otros. Empieza desde luego por los de tu casa y luego extiende esa bondad al resto de tu entorno; verás muy pronto cómo las personas que se topan contigo se van mejor de lo que las encontraste.

Revista Digital

"Hablemos de

lo Bueno"

bottom of page