Por: Fernando Maroño
¿Cuántas veces has pospuesto algo que te acercaría más a tus sueños?
¿Cuántas veces has postergado algo por miedo, inseguridad, dudas, falta de confianza en ti mismo?
¿Cuántas veces te has dicho: “mañana lo hago”?
El problema con la espera de “mañana” es que cuando finalmente llega, se llama HOY.
HOY es el AYER de MAÑANA.
Todos los días tenemos la oportunidad de lograr nuestros sueños… La cuestión es ¿Qué es lo que hacemos con esa oportunidad?
Con demasiada frecuencia nos perderemos del mañana como hemos perdido ayer, y como estamos desperdiciando el HOY.
Muchas veces, lo que podríamos haber logrado fácilmente no se llevó a cabo -a pesar de nuestras intenciones- hasta que inevitablemente descubrimos que las cosas que podrían haber sido, han escapado de nuestro control, día a día…lentamente… sin haber sido realizadas en su momento.
Cada uno de nosotros, deberíamos de vez en cuando hacer una pausa para recordar que el tiempo corre. El mismo reloj que comenzó a moverse desde el momento que tuvimos nuestro primer aliento, dejará de caminar algún día.
El tiempo es el gran ecualizador de toda la humanidad. Nos ha quitado lo mejor y lo peor de nosotros sin consideración especial para nadie. El tiempo nos ofrece oportunidades… pero exige un sentido de urgencia.
Cuando el juego de la vida llegue a su final, no habrá segunda oportunidad para corregir nuestros errores.
Al reloj que continúa avanzando a través de todos los momentos de nuestra vida, no le importa quienes son ganadores o perdedores. No le importa quien tiene éxito y quien fracasa. No le importan las excusas, si algo es injusto o si no hay igualdad.
Lo que importa es: CÓMO jugaste el partido de la vida.
Independientemente de la edad de las personas, existe un sentido de urgencia que debería ponerlas en acción AHORA, en ESTE momento.
Debemos estar constantemente conscientes del valor de cada instante de nuestras vidas, de esos momentos que parecen tan insignificantes que su pérdida a menudo pasa desapercibida.
Este último par de años, nos dimos cuenta que no tenemos todo el tiempo que necesitamos. Creemos tener todavía muchas posibilidades, muchas oportunidades, una gran cantidad de años para mostrar lo que podemos hacer.
Sin embargo, si algo nos ha enseñado esta “pausa” con motivo de la pandemia, es que nadie puede asegurar que tendremos oportunidad de realizar lo que deseamos para nuestras vidas.
Para la mayoría de nosotros habrá un mañana, una próxima semana, un mes siguiente y un año siguiente. Pero, a menos que desarrollemos un sentido de urgencia, esas pequeñas ventanas de tiempo serán lamentablemente desperdiciadas, como lo fueron los días, las semanas, los meses y los años que ya pasaron en nuestra vida.
Recuerda: ¡El tiempo no es un recurso renovable! ¡No permitas que se te escape!
Entonces, mientras piensas en el mañana de tus sueños y en tus metas y objetivos para tu futuro, debes empezar HOY MISMO a tomar los primeros pasos para que todos ellos se hagan realidad.
No te detengas por tus miedos, no permitas que las circunstancias de la vida te limiten, no caigas en dudas causadas por la falta de confianza en ti mismo, no dejes que los demás dicten la manera en que debes vivir tu vida.
Vivimos proyectando planes y deseos para el futuro, pero no pensamos en detenernos para proyectar el PRESENTE… nos olvidamos que ¡¡TODA LA VIDA SE VIVE EN EL PRESENTE!!
Ríe, goza, ama, disfruta, aprende, comparte… ¡no hay mejor momento en la vida para hacerlo que HOY!
No esperes más…. el tiempo corre…