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En mi mesa, el vino mexicano siempre es el rey

Por Yaya González "Sommelier Bond"


Por nuestros caminos, calles, avenidas y esquinas que recorremos diariamente, no sabemos qué nos vamos a encontrar o qué sorpresas nos traerán. Lo que sí sé, es que siempre es bueno platicar, contestar un mensaje, un correo, un saludo; porque nunca sabemos que seguirá después de un ‘hola’ o un ‘buenas tardes’.

Esto es parte de nuestra educación y no nos quita ni un minuto el hacerlo; ya sea por placer, por trabajo o simplemente por tener una conversación sana, oportuna y de aprendizaje muchas veces.

Aunque recibo muchos mensajes y trato de contestarlos todos, a veces no es posible. Toca la casualidad que contesté uno muy interesante, este era de un señorón, un tipazo de nombre Federico que muy amablemente me invitaba a conocer su bodega instalada en las afueras de Tijuana, misma que produce su vino.

Es un lugar muy pequeño e interesante…nunca imaginé que existiera una pequeña joya al abrir un portón negro. Nos encontramos con unos gatos hermosos cuidando su terruño como unos tigres (¡ja ja ja!). Acto seguido nos recibe amablemente Federico con una sonrisa y toda su actitud. Ya nos tenía unos quesitos, uvas y pan para darnos el recorrido por su bodega impecablemente limpia, seguida de una explicación.


Bueno, este recoveco, rincón, o espacio bien puesto, cuenta con todos los protocolos para tener una producción de vino mexicano en las afueras de Tijuana, Baja California. Ahí encontramos el producto más aclamado y envidiado en los últimos años; el vino que se produce a manos llenas y de calidad estupenda creado por el hombre en el campo, tanto en los viñedos sencillos como en los más sofisticados y con la mejor herramienta, las manos del ser humano.

Nos platica Federico que su uva la compra a diferentes personajes de nuestros valles teniendo como monovarietales la cabernet sauvignon, nebbiolo, tempranillo, merlot, y coupage, que son sus vinos, sus creaciones. Vinos jóvenes para tomarlos en cualquier ocasión y más en estas fechas que es inevitable no hacerlo. Vinos bien hechos y bien cuidados para obtener lo más importante: su acidez, alcohol, tanicidad, azúcar y su fruta bien estructurados.


Sus añadas son jóvenes 2018-2019, pero aquí lo más importante e interesante es que son vinos sin filtrar con lo mínimo de sulfitos; dice el maestro que lo máximo en sulfitos son 60 mg para que pueda sobrevivir. Esto se hace en la vinificadora Docha Melchor, y el nombre se le dedica a la mamá del ingeniero. Bueno, empezamos a catar, ¡que empiece la fiesta señores! Abrió su tempranillo 2018 y después el 2019; seguimos con su nebbiolo, su coupage, cabernet sauvignon, que es su uva preferida, y la de su servidora, la nebbiolo.

El ingeniero empieza a servirme uno de sus varietales y me dice: Este trae sedimentos, me voy a servir yo primer”, y contesté: de ninguna manera, ese vino me lo sirve primero a mí; un vino que no se toma con sus sedimentos se le quita la mitad de su vida…por lo tanto, sírvamelo con todo incluido y salud ingeniero”.

Acto seguido, nos despedíamos mis hijos y yo cuando él amablemente me dice “Espérame, te regalaré una de mis joyas, nada más me quedan 6” …era su tempranillo, la uva fuerte del ingeniero con una añada de 2015; me sonrojé y agradecí el detalle.


Las uvas de ese vino eran del valle de Santo Tomás, una planta legendaria de una cepa -si no me equivoco- de 70 años. Corría por esas uvas la sangre azul, néctares de los dioses de verdad.

Ese vino lo tomé en mi cena el pasado 24 de diciembre, esa noche cuando en mi mesa había filete marinado en costra de café con reducción de oporto y vino tinto, acompañado de puré de papa que predominaba un sabor fuerte e inigualable, suave y mantequilloso, extraordinario y más. Ha de ser el secreto de la Chef Maribel Villarreal. Para esa noche estaba el majestuoso rey, vino tempranillo 2015 y otro que era un vino del Médoc, apelación de origen de la región de Bordeaux a la orilla izquierda de la gironda, 75% cabernet, 15% merlot, 5% malbec y petit verdot Francia.


El rey tempranillo 2015 elaborado con uvas del Valle de Santo Tomás (el que mencionamos anteriormente) con su color inigualable, una mezcla de color rojo violeta; presentes en él frutos negros, notas herbáceas, y finos aromas. Cabe mencionar que la uva tempranillo es autóctona de la Rioja, España, es una uva precoz que su elaboración es más temprana, he ahí la palabra tempranillo. Su sabor es muy frutal, aromático, es un vino que su acidez es justa, su jugo y mosto es equilibrado en azúcar, color y acidez.

Este es el rey tempranillo mexicano producido en el valle de Santo Tomás, Baja California. El rey de la noche se lució y dejó un gran sabor de boca, aromas y elegancia.

El vino francés no existió…se destapó y se volvió a tapar dejándolo para otra ocasión porque a un vino mexicano nadie lo intimida. Sonaron las copas de cristal haciendo alarde al rey ese 24 de diciembre del 2021.


Gracias por el aprendizaje de ese día a las afueras de nuestro Tijuana, donde el terruño es arcilloso y pedregoso al lado de un río llamado Alamar, en la bodega B.D.M. donde está sembrada la cepa merlot.

Gracias Ingeniero Federico Melchor.


¡Nos vemos pronto!


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