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¿En qué más te puedes convertir?


Autoconocimiento

Por Cristina Arias



¿Por qué nos resistimos al cambio? la naturaleza nos muestra de una manera muy gráfica y clara que estamos en constante cambio, todo lo que está vivo sobre este planeta tierra nace, se desarrolla y muere.

Para que la semilla se convirtiera en fruto, hubo todo un proceso. El cambio es parte de la vida, así como la muerte es parte de la vida también. Y así nosotros vamos experimentando cambios; cambios que vienen con la edad o no, el cambio puede ser voluntario o involuntario y la persona puede hacerse consciente de él, o no.

Existen distintos tipos de edades:

La edad cronológica. - Es la cantidad de tiempo que ha vivido la persona desde su nacimiento.

La edad biológica. - Esta depende del estado físico del cuerpo, es decir, personas con buena salud y buenos hábitos pueden tener una edad biológica menor a su edad cronológica, ya que conservan sus órganos y su cuerpo en muy buen estado y viceversa. Personas con abusos y malos hábitos, pueden representar una edad mayor a su edad cronológica.

La edad psicológica. - Se basa en la madurez emocional, social e intelectual de la persona; depende de su desarrollo personal.

La edad social. - Se refiere a las expectativas de la cultura en la que se desenvuelve (casarse, terminar una carrera, tener hijos, etc.)

Hay personas que, a pesar de ser adultos, se comportan como niños o adolescentes, incluso haciendo rabietas para tratar de conseguir lo que desean, o en respuesta a un resultado distinto al que esperaban.

Por otro lado, hay personas que, a pesar de su edad cronológica, son más maduras emocional y psicológicamente debido a sus experiencias de vida, reflexiones, de autobservación y análisis de las situaciones.



La autobservación y el autoconocimiento, nos ayudan a ubicarnos y reconocer nuestras limitaciones y fortalezas para actuar en consecuencia, optimizando así los recursos con que contamos. Compartir este concepto con mis clientes es muy útil, ya que les permite autoevaluarse y observar a las personas con las que se relacionan. De esta manera, pueden tener una idea clara de qué esperar y qué no esperar de sus interacciones, lo que hace que la comunicación y relación sea más consciente y llevadera.

El mes pasado nuestra estimada Yaya Bond escribió un artículo muy interesante sobre el destilado de uva. Este destilado se hace a partir del hollejo o bagazo de la uva que ya fue prensada para hacer vino. Lo que para muchos es desecho, para otros es materia prima para elaborar una deliciosa bebida convirtiendo y dando vida a lo que parecía el final de la uva.

He visto personas que sienten que son como el bagazo, que por su edad cronológica o psicológica consideran que ya no pueden ser o hacer nada más... y personas que no se han hecho conscientes de sus cambios.

A diferencia del bagazo de la uva que depende que alguien más la rescate para transformarse, tú siempre puedes buscar tu propia trasformación.

Recuerda, el cambio es parte de la vida, vive mientras vivas. Si estás leyendo esto, estás vivo; vive, experimenta, siente, expresa… y tú, ¿en qué más te puedes convertir?

Conócete, acéptate, ámate.

Revista Digital

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