Por Fernando Maroño
Acabo de tener la oportunidad de encontrar una entrevista realizada al Dr. Price Pritchett, en la cual cuestiona cuál comportamiento debemos realizar más:
- Incrementar nuestros pensamientos positivos ó
- Disminuir nuestros pensamientos negativos
Lo interesante al respecto, es que probablemente la mayoría de nosotros consideramos que incrementar los pensamientos positivos es lo que nos ayuda a mejorar nuestras vidas, de hecho, toda la industria del crecimiento personal, del desarrollo humano y la búsqueda de felicidad, está basada en este concepto.
Piensa positivo = Vida positiva.
Sin embargo, la posición del Dr. Pritchett está en conflicto con esto. Él nos comparte un estudio donde, inequívocamente, se demuestra que lo que verdaderamente ayuda al ser humano a superarse es dejar de pensar negativamente.
Me parece muy curioso que ‘está de moda’ el ponernos objetivos personales de prosperidad, buscar por cualquier medio “ser mejores” y pregonar las bondades de la intención y las leyes de atracción…sin enfocarnos en disminuir los pensamientos que nos detienen.
Yo soy parte de la comunidad que trabaja en desarrollar a mejores seres humanos, entreno a personas a ser mejores líderes, a comunicarse mejor, a salir de sus zonas de confort, utilizar mejor su inteligencia emocional, etc. y en gran medida, lo que ofrezco a quienes tengo la oportunidad de compartirles lo poco que sé al respecto, tiene que ver con mentalizarse positivamente, en visualizarse mejores, más prósperos y felices, en crear planes para un mejor futuro.
Y aun cuando en efecto comparto los ideales de Dale Carnegie (NO CRITIQUES, NO CONDENES NI TE QUEJES), no había reparado en lo importante que es el DISMINUIR los pensamientos negativos, para entonces sí, incrementar los positivos.
El Dr. Pritchett menciona que los pensamientos negativos son tantos y los tenemos tan continuamente, que ya ni siquiera somos conscientes que los tenemos. Más del 70% de nuestros pensamientos negativos pasan desapercibidos para nosotros. Se han convertido en pensamientos habituales.
¿Y esto qué significa?
Que aunado a las críticas y quejas que son parte común de nuestra vida diaria, nos perjudicamos y mantenemos la negatividad al compadecer superficialmente a los demás (“ay pobrecito/a que le pasó eso…”) sin que realmente nos interese ayudar o hacer algo por solucionar la situación de esa persona.
Igualmente, las preocupaciones constantes, nuestros miedos y dudas, son pensamientos negativos que tenemos tan engranados en nuestros cerebros, que desde que nos levantamos los tenemos presentes. Todo el día pensamos en ellos, nos acostamos sufriendo por los mismos y hasta tenemos pesadillas al respecto.
Todo el día y toda la noche vivimos preocupados, temerosos… y lo sufrimos.
Además, otra forma en la que mantenemos esa mente negativa es cuando ‘catastroficamos’ (palabra recién inventada por mí, para referirme a que de todo hacemos una catástrofe), sacamos todo de proporción. Hacemos escenarios increíbles llenos de “todo lo malo” que podría pasar, le sumamos a nuestras preocupaciones un elemento de tragedia, nos creemos que solo lo más nefasto puede suceder y desarrollamos ideas calamitosas sobre lo que pasa a nuestro alrededor… muchas veces inconscientemente (y algunas veces conscientemente), haciéndonos las víctimas para caer en la compasión social (ahora “pobrecito/a de mí”).
¡Claro que debemos tener pensamientos positivos! ¡Siempre, todo el tiempo! ¡Mantengámonos positivos y compartamos la positividad, el optimismo, nuestros deseos de crecimiento, superación y mejora! Es extremadamente importante que continuemos pensando que todo estará mejor, que vamos a lograr nuestras metas y que estaremos atrayendo del universo todo aquello que nos beneficie. No podemos dejar de pensar así. No dejes de hacerlo.
Pero hazlo sin tratar de esconder lo que continuamente pasa por nuestra mente, sin tomar en cuenta que para lograr todo lo positivo que queremos, hay que luchar para disminuir y eliminar lo que NO necesitamos, que son esos pensamientos negativos. No es fácil, en lo absoluto, y quizá pienses (negativamente) que no se puede, que es imposible, que no hay manera. Empieza poco a poco. Toma práctica, necesita disciplina, pero SÍ se puede:
-Quéjate menos.
-Critica menos.
-Compadece superficialmente menos.
-Preocúpate menos.
-No hagas una catástrofe en las pequeñas cosas.
Así, poco a poco, podrás ir disminuyendo tus pensamientos negativos logrando que todo lo positivo realmente entre en tu vida.
Bendiciones para todos.
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