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La chica del tren

De Paula Hawkins




"La Chica del Tren" nos relata la historia de Rachel, una mujer que carga con mil conflictos internos. Sus problemas resuenan constantemente en su mente, un pasado que la persigue y atormenta, una vida que no la nutre, sino que la consume con cada instante.


En su rutina diaria de viajar en tren hacia Londres, Rachel da forma a un cuento de hadas alrededor de una pareja que observa a través de la ventana. Construye párrafos en la novela de amor de Jason y Jess, tejiendo recuerdos y memorias sin siquiera sospechar que pronto se convertirá en la protagonista de esa historia.


Lo primero que me cautivó, como suele ocurrirme con la mayoría de los libros, fue la portada. La elección de un tren en movimiento sobre un fondo oscuro, junto con el tipo de letra adecuado, resulta impactante y atractivo en cualquier estantería o página web. La narrativa se desarrolla como un diario, con Rachel, Megan y Anna contándonos los misterios que comienzan a desvelarse desde sus perspectivas y momentos en el tiempo.


Esta obra es como el amor, poco a poco se apodera de tu vida hasta que simplemente es imposible desprenderse de ella. La narrativa es sorprendentemente envolvente, y el paso de los días en la historia te sumerge en un laberinto en el que parece que encuentras la salida, pero te das cuenta de que estás aún más perdido de lo que pensabas. A pesar de que no son muchos los personajes en este libro, juntos representan la realidad en la que vivimos: el caos de la vida, la locura que puede llevarnos al límite y las facetas buenas, malas y las peores que encontramos en nuestro día a día. Son un compendio maravillosamente imperfecto de seres humanos, igual que la realidad misma. Llegué a odiarlos y amarlos a casi todos por igual, pero Rachel, nuestra chica del tren, es sin duda mi favorita.


A lo largo de las 496 páginas de esta historia, imaginé innumerables finales y situaciones que podrían desarrollarse, pero cada vez que creía haber acertado, el libro me planteaba otro enigma por resolver. Experimenté momentos de oscuridad mientras la trama avanzaba, pero más adelante la luz se hacía presente y todo se aclaraba. Aunque en cierto sentido acerté con lo que sucedió al final, nunca podría haber concebido todo lo que ocurrió en los últimos compases del viaje.


"No estamos ante una obra maestra, pero sí ante una historia entretenida con la capacidad de conectar con millones, algo que no todas las grandes obras logran. Es un libro ingenioso, lleno de misterios y secretos, momentos de dolor, desesperación y efímera alegría; una obra con una propuesta que, aunque no sea innovadora, resulta casi exquisita. Un plato apetecible para aquellos dispuestos a probarlo."


Para viajar lejos, no hay mejor nave, que un libro

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