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La herencia creativa, homenaje a Pablo Fischer.

Por Liliana Fischer




Podemos hablar de la genética, las energías ancestrales, las huellas mnémicas, los arquetipos familiares o la psicogenealogía desde varias hipótesis, y concluir que la carga genética tiene un impacto en los miembros de la familia. Depende de cada uno reconocerla y utilizarla.

Alejandro Jodorowky, dice que “nuestro ADN personal y espiritual está conformado por la herencia recibida de nuestros ancestros, acercándonos a nuestra esencia.” La psicogenealogía es el estudio del árbol genealógico como vía de conocimiento con un fin eminentemente sanador.

Carl Jung, transportó el psicoanálisis a un plano en el que los fenómenos ancestrales que se producen a nivel colectivo en las diferentes culturas y sociedades, dan forma a nuestra manera de ser y lo denominó arquetipo. Los patrones de imágenes y símbolos recurrentes que aparecen en todas las culturas es el inconsciente colectivo, y este tiene una vertiente que se hereda de generación en generación.

La huella mnémica usada por Freud, es la forma en que se inscriben ciertos acontecimientos en la memoria. Esas huellas se depositan en diversos sistemas del aparato anímico persistiendo permanentemente, pero siendo reactivadas en determinados momentos.

Este año tengo el placer de exponer mi obra en el Museo Histórico Casa del Cerro de Torreón, Coah., celebrando los 115 años de las artes plásticas en La Laguna, como un registro histórico de los artistas que contribuyen. La primera parte de esta exposición se realizó en septiembre, iniciando con una acuarela de mi bisabuelo Pablo Fischer, nacido en Stuttgart, Alemania en 1864. Y también con una obra de mi madre RHIUX.A (Lilia Fischer), originaria de Torreón.

Celebro mis orígenes y la herencia creativa del lado de mi padre y de mi madre.

Les relato un poco sobre mi bisabuelo, ya que no se sabe mucho sobre su vida.


Fischer, médico graduado de la Universidad de Múnich en 1884, con su espíritu aventurero aceptó el puesto de médico abordo en un barco de la marina mercante alemana. Así viajó por una gran parte del mundo, tomando apuntes en acuarela de cada puerto. Su padre Louis, también había sido doctor y pintor en la corte de Wuttemberg.

Fischer se apasionó por la pintura y arribó en un pueblo serrano llamado Promontorio, en donde aceptó un contrato como doctor de una compañía minera. Cambió la Alemania de Bismark por el México de Porfirio Díaz y sus hermosos paisajes.

Cuando formó su familia, se mudó a la ciudad de Durango donde estableció su práctica profesional. En 1906 se asentó finalmente en Torreón, donde continuó alternando la profesión médica con el arte. Mi bisabuelo falleció en 1932.

En sus acuarelas se aprecia la maestría del pintor, lo que revela que había estudiado a fondo la técnica europea hasta dominarla por completo. Su dibujo es minucioso, la transparencia impecable y el colorido clásico del siglo XIX. Todos los años viajaba por el centro y el sur del país, tomando apuntes que a veces incluían la figura humana miniaturista.

Pablo Fischer solía conservar sus pinturas y, a veces, regalaba algunas a sus amigos más cercanos.

En 1920, su amigo, el Dr. Hugo Croase que residía en El Paso, TX, le organizó una exposición en una galería con 30 acuarelas adquiridas. En los 60´s, el Museo de la Ciudad de El Paso, presentó una exposición póstuma conmemorando la obra de Pablo Fischer, artista alemán, mexicano por adopción, ya que nunca regresó a su país de origen.


Cada ancestro de tu árbol es un don que hay dentro de ti para ser descubierto y utilizado con gratitud.

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