Por Fernando Maroño
Todos tenemos deseos, objetivos, metas…
Es parte de ser humano, el soñar con tener mejor salud, más felicidad, mejores cosas, más prosperidad, ser amados, ser valorados, en fin, son sueños comunes que la mayoría de nosotros queremos que sean ciertos y lleguen a nuestras vidas.
Muchas veces obtenemos y logramos varios de ellos, sin embargo, es más común que nos sea difícil obtener un balance en todas estas cosas que deseamos. Se nos complica lograr todo, nos parece casi imposible a veces aspirar a que se conviertan en realidad.
¿Por qué pasa esto? ¡Por las historias que nos contamos!
Estas historias son la principal razón por la cual no alcanzamos todo nuestro potencial como personas. Todos tenemos una historia y la contamos desde nuestro punto de vista, nuestra perspectiva.
Y nos compramos esa historia así…
Qué tan difícil ha sido, qué tantas cosas malas nos han sucedido; lo mucho que hemos sufrido, lo complicado que fue nuestra infancia, juventud, nuestra vida en general.
Nos quejamos de las oportunidades que otros han tenido y que nosotros no, las que hemos perdido o no hemos sabido aprovechar; de las veces que alguien nos ganó una idea, un trabajo o un negocio. De cuando nos sentimos intimidados, menospreciados o incluso abusados por alguien con más “poder” que nosotros.
En fin, esas son las historias que nos contamos.
El problema es, que entre más repetimos estas historias (a nosotros o a los demás), más reforzamos la idea de que no estamos destinados a ser felices, plenos, tener buenas relaciones, abundancia, éxito, salud… lo que sea que deseas.
Inconscientemente nos sentimos no dignos de recibir todo aquello que queremos, sin embargo, hay que darnos cuenta que nosotros somos quienes tenemos el lápiz en la mano con la que estamos escribiendo nuestra historia. En el libro de nuestra vida, aún quedan miles de páginas en blanco y podemos reescribir nuestra historia. Podemos empezar a cambiar el camino por el que se dirige, somos capaces de inventar nuevas formas de acercarnos a nuestros sueños. Nosotros tenemos el poder de querer y hacer que nuestro libro sea mejor.
Para ello también hay que borrar lo que otros han escrito en nuestro libro de la vida, esos capítulos tristes y dolorosos, que nos lastimaron e hicieron un daño que nos ha afectado al grado de no poder avanzar, o que nos ha limitado en nuestro crecimiento personal.
Todas esas historias que nos han causado temor, que nos han llenado de amargura y que nos da miedo enfrentar; que nos provoca ansiedad y nos impide ser lo felices que queremos ser…hay que eliminarlas, borrarlas y dejarlas donde están: en el pasado.
Al sostener el lápiz con el que podemos empezar a definir y escribir nuestra vida a partir de hoy, nos convertimos en seres libres, con una nueva perspectiva, con nuevas esperanzas y ganas de vivir.
Ese lápiz también nos puede dar varias lecciones de vida:
Para ser útil, tiene que pasar por un proceso de dolor (cuando le sacas punta) una y otra vez, cada determinado tiempo. Al igual que tú, cualquier proceso doloroso que hayas pasado debe servirte como aprendizaje para mejorar, cada que suceda algo difícil en tu vida úsalo para ser más fuerte, más sabio, más capaz.
También, así como el lápiz tiene un borrador, tú también puedes eliminar y corregir los errores que puedas cometer a partir de ahora, tienes la capacidad de reiniciar y de buscar soluciones. Esos “errores”, en realidad son oportunidades de aprendizaje.
Otra lección que nos deja el lápiz con el que escribimos en las páginas del libro de nuestra vida, es que siempre estamos dejando una marca. Todo lo que pensamos, decimos, hacemos y sentimos, va dejando huella en nuestro entorno, en quienes nos rodean, en quienes amamos y nos aman.
Y, por último, hay que recordar que, así como el lápiz, lo más importante es lo que tenemos dentro. Nuestra esencia, valores, recuerdos y sentimientos, son los que nos hace SER humanos. Lo que se queda con nosotros, aun cuando ya no estemos.
Entonces, deja de contarte historias que no te dejan ser quien quieres ser, que te limitan y no te permiten lograr tus sueños y ser feliz. Empieza a usar ese lápiz para escribir una nueva historia, la historia que valga la pena contarse, la historia de tu mejor vida, ¡una vida grandiosa!