top of page

NO SEAS PRISIONERO DE TI MISMO

Por: Fernando Maroño

Lo único que detiene al ser humano…es el miedo a ser humano. Es una realidad que existen muchísimas personas que viven con un miedo terrible a SÍ MISMOS:

Miedo a enfrentar sus temores, a desarrollar sus capacidades, a luchar por sus sueños, a aceptar sus circunstancias y hacer hasta lo imposible para cambiarlas si así lo deseara, a amar y ser amado.



Y esto es lo que los convierte en prisioneros.

Imagina que, en lugar de ser un prisionero del miedo, de la preocupación, de la baja autoestima, de la autocompasión, de la negatividad, de la queja, del dolor, de tus inseguridades y de tu falta de fe, te conviertes en un prisionero de la esperanza.

¿Cómo cambiaría tu vida?

Lo que nos hace seguir adelante como humanos, es nuestra expectativa de que nuestro futuro será mejor. Todos los avances de la humanidad se han dado en la búsqueda de hacer algo más, de lograr más, de crecer y aprender más, de ser más.

Y lo que nos mantiene con esperanza es creer que tendremos un mejor mañana, el día que te levantes sin hacer algo para mejorar tu vida, estarás cayendo en lo que se conoce como depresión.

Entonces, deseamos cosas mejores: mejor casa, mejor auto, mejor ropa, mejor educación para nuestros hijos, mejor salud…mejor vida. Pero nos frustramos cuando no lo logramos. Nos sentimos incompletos cuando no llegamos a las metas que nos ponemos.

Seamos realistas, ninguno de nosotros puede ni podrá jamás tener todo lo que desea, pero SÍ PODEMOS SER AGRADECIDOS con lo que tenemos, con lo que hemos logrado, con quienes nos acompañan, con tantas cosas que damos por sentado y que olvidamos que nos colocan en el grupo de personas más afortunados en el mundo.

Si cuentas con un hogar, un medio de transporte, te alimentas todos los días, tienes ropa para abrigarte, sabes leer y escribir adecuadamente porque tienes cierto nivel de educación, tienes acceso a medicinas, a agua limpia… estás dentro del 5% de la población privilegiada de este planeta.

Entonces, ¿por qué sentirte mal por lo que no tienes, en lugar de agradecer y sentirte bien por lo que sí tienes? ¿por qué quejarte?

Quejarnos es muy fácil y hasta se siente natural…el problema es que quejarse no tiene magia; no mejora el día de nadie, ni soluciona situación alguna.

Deja de ser prisionero de tus miedos.

Pon tu esperanza en la búsqueda de la mejora de tu vida, haz lo que sea necesario para acercarte a eso. Agradece constantemente y dedica tus días a valorar lo que tienes en tu vida; en especial a las personas que te rodean y te quieren con todos tus errores y defectos, con tus preocupaciones, con tus dificultades y retos, con tu carácter, con tu melancolía, con tu desánimo, con tus miedos y tu dolor.

¿Por qué a veces no te aceptas y te quieres a ti mismo si tus padres, tu pareja, tus hijos, tu familia, tus amigos sí están dispuestos a aceptarte y quererte tal cual?

Ya no seas prisionero de tus dudas, de tu incertidumbre, de tu derrotismo.

El ser humano es el único ser de la creación que es capaz de auto boicotearse y de rendirse por decisión propia.

Somos los únicos que permitimos que lo que nos haya pasado nos siga contaminando en el presente. Solo los humanos nos auto limitamos culpando a otros, a circunstancias previas de nuestra vida y al entorno en el que nos encontramos.

Ya es momento que dejes de reparar el pasado y empieces a construir el mañana que deseas. Recuerda que ya no debes ser prisionero de ti mismo.

¡Conviértete en prisionero de tu propia esperanza!


Revista Digital

"Hablemos de

lo Bueno"

bottom of page