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Quiero cambiar y no sé por dónde comenzar

Autoconocimiento

Por Cristina Arias


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¿Te has sentido así alguna vez?

Conocer nuestra verdadera identidad, saber quiénes somos y cómo somos, lo que realmente deseamos, nuestras capacidades y sobre todo nuestras creencias, es primordial antes de pensar en tener un resultado diferente o hacer algún cambio.

Si hacemos conciencia de que el resultado de nuestra infancia en gran parte es responsabilidad de nuestros padres (o de las personas que nos criaron), que nuestra juventud es el resultado de nuestra infancia, nuestra relación con el medio ambiente y de nuestros guías; y que finalmente nuestra adultez es totalmente nuestra responsabilidad, tendremos más claridad de por dónde comenzar.

Por otra parte, el autor James Clare de hábitos atómicos explica las 3 capas del cambio de conducta…

Resultados - Proceso - Identidad.

Normalmente, primero fijamos las metas que anhelamos alcanzar; con base a eso definimos los procesos y hasta el final, hacemos contacto con nosotros mismos y vemos el por qué y el para qué, después vemos que tan cómodos o incómodos nos sentimos con el resultado, (si es que este se da).

Explica también que para que un cambio sea genuino, habría que invertir el orden de la fórmula anterior. Así como cuando ‘un huevo se rompe desde fuera, se acaba la vida; y si se rompe desde dentro la vida comienza’ tal cual los cambios deben ir de acuerdo a nuestra esencia, de adentro hacia afuera.

Para eso es necesario conocernos.

Primero hay que hacer contacto con nosotros mismos, analizar qué es lo que realmente deseamos ser, cuál es el verdadero origen de nuestro deseo o necesidad y qué propósito tiene. Tomando esto como base, fijar los métodos y definir la meta de acuerdo a nuestra identidad.

Sigo estudiando y los diferentes autores y temas que leo, me llevan a lo mismo; la importancia del autoconocimiento. Este mismo nos lleva a ver el origen y las necesidades a satisfacer y, sobre todo, a tomar consciencia de nuestras creencias.



Como ya hemos hablado antes, la información de nuestro subconsciente, nuestras creencias, es lo que nos impulsa o limita para llevar a cabo las metas que conscientemente nos fijamos.

El autoconocimiento nos conduce a dejar de buscar culpables externos y nos invita a tomar responsabilidad de nuestra vida. Al hacernos responsables, somos nosotros mismos quienes hacemos los cambios necesarios para modificar las situaciones o conductas no deseadas, (de dentro hacia afuera).




El autoconocimiento nos invita a la reflexión y al autodiálogo, a vivir en el presente, a superar y aprender del pasado para no repetir la misma historia.

Nos ayuda a fijar límites más sanos. Y no se trata sólo de fijar límites a las demás personas, son nuestros propios límites los que vamos a definir y cuál es el plan de acción a tomar cuando alguien más sobrepase mis límites.

Por ejemplo, si yo fijo el límite de no continuar en una discusión o conversación donde se me levante la voz y se me insulte… ¿qué voy a hacer y cómo voy a actuar cuando eso suceda?

Tenemos la opción de enfocarnos en las cosas que podemos cambiar; ahí es donde hay que dirigir nuestra energía y no en lo que no podamos modificar.

No vamos a cambiar a la persona que grita, vamos a modificar nuestra conducta ante la persona que levanta la voz.


El autoconocimiento nos lleva a una sana autoestima y a un amor propio equilibrado. Las personas que no se aman, buscan que alguien más las ame; así como quienes no se conocen, buscan que alguien más les diga qué es lo que tienen que cambiar.

Si yo sé quién soy, conozco mis capacidades, mis limitaciones y el origen verdadero de mis deseos y propósitos, puedo acondicionar los procesos, hábitos y sistemas de acuerdo a mi identidad para fijar y alcanzar mis metas.

Si tengo claro cómo me veo en este momento, alinearé las acciones a tomar para llegar a ser quien quiero ser.

¿Cómo se sentiría decir yo quise ser y no fui?

Para tener resultados distintos hay que cambiar nuestras creencias, y no las metas.

He visto lo rápido que mis clientes hacen cambios genuinos y obtienen los resultados deseados una y otra vez, cuando en sesiones de autoconocimiento nos enfocamos al origen de sus creencias y a alinear las mismas con su identidad.

Las metas que se logran son las que están alineadas a nuestras creencias; las metas que no se alcanzan, por lo general, no están alineadas con nuestra identidad.

Conócete, acéptate. Ámate.


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