Por Liliana Fischer
Reflejo de lo Invisible, es el título de la espectacular exposición de Arnaldo Coen en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México. La creatividad, la exploración y el juego que realiza el artista es increíble.
La muestra tiene obras que recorren más de 60 años de una trayectoria plástica y refleja su capacidad única de mutación deslumbrante, con pinturas, collages, intervención de objetos, colaboraciones performáticas, creación de joyería, body paint, co-creación musical y diseño de espacios públicos. Todo aquello que para Coen ha sido una posibilidad ilimitada de creatividad.
Se percibe el encuentro propio a través de su obra, y el entendimiento de la expresión y emoción humana, el claro reflejo de lo invisible. Para mí, la obra habla de contextos psicológicos, espirituales, sexuales, sociales y de otras dimensiones.
El lenguaje multidimensional es profundo e impactante. El artista comparte que el silencio empieza donde se entretejen tiempo, espacio, forma y color. La genialidad de Arnaldo Coen es impresionante y esa es su manera de comunicar y trascender.
Las pulsiones de Eros y Tánatos están a la vista. El reflejo de lo invisible se revela plasmado a niveles profundos y nos conecta como seres sensibles, vulnerables, emocionales, vivos y de tantos colores.
Tomé mucho tiempo en el Museo de Arte Moderno disfrutando de la obra. Me tocó coicidir con el artista, él interactuaba con un grupo de niños que estaban tomando un taller de arte y les preguntó qué obras les había gustado más; los niños contestaron libremente que las abstractas y coloridas. La interacción y conexión de energía se vibraba en la exposición.
Como arteterapeuta, estoy convencida que el proceso creativo y la obra creada, conecta con el inconsciente y sana de una manera lúdica y noble. Muchos artistas utilizan el proceso creativo para su proceso de introspección, comunicando plásticamente lo que a veces no pueden comunicar verbalmente. Louise Bourgeois, decía que para ser artista necesitas existir en un mundo de silencio. Hay que ser valiente, porque un artista es capaz de mostrar cosas que a otras personas les aterraría expresar.
Los reflejos, los silencios, lo invisible, lo inconsciente (toda una lectura de la vida), la sensibilidad y lo que nos hace ser humanos en esta muestra.
El tiempo y sus dimensiones se aprecian en el juego y la experimentación del proceso creativo con resultados impactantes; simbología que se repite y significación abierta al observador. Parece que el cuestionamiento es continuo y las respuestas temporales y cambiantes, dependiendo de su evolución, su reacción y su maduración.
Bourgeois decía: “No soy lo que soy, soy lo que hago con mis manos”. Utilicemos y estimulemos el proceso creativo de manera constante, ya que es un regalo que poseemos y que es necesario para vivir.
Arnaldo Coen comparte: “Todo en el mundo está divido en dos partes, de las cuales una es visible y la otra invisible. Aquella visible no es sino el reflejo de lo invisible”.
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