Por Fernando M. Maroño
La única ley del universo que no cambia...es que todo cambia.
El cambio es una constante en el desarrollo de la vida, en cualquier ámbito, en cualquier momento: todo permanece cambiando…
Lo más interesante es cuando cambian las personas... dicen que no es así, que la gente no cambia, pero claro que sí lo hacemos a cada momento:
Somos energía, somos pensamiento, somos emociones, somos espíritu, somos creación, somos transformación...
Somos cambio sin parar.
Entonces ¿Por qué nos asombramos cuando vemos que alguien a quien queremos y creemos conocer "cambia" de repente? ¿Por qué nos cuestionamos los motivos, por qué nos duele, por qué nos afectan tanto esos cambios? Simplemente porque no los comprendemos. Porque no estamos dispuestos a aceptarlos como son. Porque no queremos que se den esos cambios.
Incluso cuando nosotros mismos cambiamos nos produce incomodidad. Y en mi humilde opinión, creo que cambiar uno mismo es lo más difícil de hacer. Representa un reto, un nuevo paradigma, salir de nuestra zona de confort...por eso nos cuesta tanto trabajo.
Y, sin embargo, a veces nos afectan demasiado los cambios de la gente que nos rodea y que queremos, porque permitimos a las circunstancias ser más grandes que nuestras vidas, y dejamos que nuestro ego se interponga en el camino a la comprensión del porqué “cambian” las cosas.
Hay que aprender a aceptar que las personas a nuestro alrededor están cambiando constantemente al igual que nosotros, y debemos ser fuertes, comprensivos, respetuosos y seguir la regla de oro: "Trata a los demás como quieres ser tratado tu mismo".
Si alguien cambió y te lastimó...perdónalo, te aseguro que estarás más tranquilo. No ganas nada si no lo haces. Ponte en su lugar... ¿te perdonarías?
Insisto, hay que vivir con la plena conciencia de que el universo y todo lo que hay en él, se transforma infinitamente...incluidos nosotros y quienes nos rodean.
Ahora, aquí viene una sugerencia:
Si no estás satisfecho con tu vida actual, ¡Haz lo necesario para cambiar lo que sea para mejorarla!
Cambia tu actitud, tus metas, tus convicciones e ideales, tus hábitos negativos, las relaciones que te detienen, tus miedos y dudas y conviértete en la mejor persona que puedas ser.
¡No permitas que los retos que te presenta la vida sean más grandes que tú!