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¡Tú eres musa de inspiración! Autoconocimiento

Por Cristina Arias

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Vicky apretó sus grandes ojos cafés, respiró profundo y antes de soplar las velitas de su pastel de cumpleaños número 8, los abrió aún mas grandes y sorpresivamente con una gran sonrisa y emoción gritó ¡Ya sé que quiero ser de grande! Vicky, una tierna, tímida y linda niña de cabello largo color caramelo por fin había encontrado la respuesta a la pregunta que los adultos con frecuencia le hacían... con una gran sonrisa y felicidad exclamó “¡Quiero ser como mi tía Mary!”

La tía Mary, a quien ella tanto admiraba, era una bella y atractiva mujer que, a sus 35 años, emanaba un encanto natural, tenía una mezcla de simpatía, belleza, inocencia y espontaneidad, además de ser amorosa, inteligente y con una personalidad que Vicky describiría como de “artista de cine”, era simplemente encantadora…

Su estilo de vestir era tan único y particular que la hacía verse distinta de todas las demás mujeres adultas que ella conocía; manejaba un carro deportivo último modelo, su casa lucía moderna y elegantemente decorada, pero lo más importante para Vicky, era que su tía era muy buena persona.

Con el paso del tiempo, Vicky siguió los pasos de su admirada tía quien con entusiasmo le compartía libros, la asesoraba en su arreglo personal, en su comportamiento, y además era una especie de “guía espiritual”.

Vicky se convirtió en una talentosa jovencita haciéndose diferenciar (al igual que su tía Mary) del resto de las demás muchachitas de su edad…inconscientemente, su tía era una influencia muy importante para ella.

Un día, inesperadamente, a la querida tía Mary se le presentó un fuerte problema familiar y cayó en una profunda tristeza.

Vicky, quien se había convertido en una profesionista y joven ama de casa, desesperada no paraba de animarla e insistirle que buscara ayuda terapéutica profesional, más la tía Mary siguió sumida en su tristeza.

Vicky se había mudado de ciudad al casarse y veía desde lejos cómo se apagaba lentamente la luz de su tía, sintiéndose impotente y limitada para ayudarla a causa de sus deberes y la distancia.



Al tiempo, Vicky tuvo también complicaciones importantes en su vida y su tía, en un gesto de amor muy grande, aún en su desánimo y como pudo, acudió en auxilio de su sobrina para después volverse a aislar, ahora con más consternación y más motivos de tristeza. Vicky también cayó en un pozo profundo de dolor, confusión y soledad igual que su amada tía; parecía que hasta en eso le seguía los pasos.

Para su sorpresa, y a diferencia de la tía Mary, la joven luchó con todas sus fuerzas, buscó ayuda profesional, trabajó en ella, y superó el problema.

Al encontrarse libre y con un nuevo camino por recorrer, se sintió perdida sin su tía como modelo a seguir. Confundida, se dedicó con empeño a buscar herramientas y estudios para sacar a Mary del bache en el que seguía inmersa.

La joven, a pesar de sus esfuerzos, se sentía frustrada, enojada y desorientada por no ser capaz de rescatar a su tía, hasta que un día comprendió que los procesos son distintos para cada persona y que Mary había decidido quedarse en su nuevo estado de ser.

Se sentía cómoda lejos de la vida social, la moda y los grupos a los que había pertenecido. Le había tomado cariño a su aislamiento y había encontrado paz en medio de su soledad, entonces Vicky respetó su decisión y su proceso; decidió acompañarla cariñosamente, sin juicio, y encontrar otro modelo a seguir.

Tras buscar inspiración de muchas otras mujeres sin encontrar una modelo a seguir, descubrió emocionada, tal como le había sucedido en el cumpleaños de su infancia, la musa que esta vez la guiaría… decidió que su mejor versión futura sería ahora su guía.

Marcaría la pauta, los pasos, las metas y el estilo de su versión ideal en alineación con su esencia. Gracias a su trabajo de autoconocimiento, hoy es totalmente auténtica y feliz.

Vicky es mi cliente, se ha ganado mi total admiración y le aplaudo que sea plena en su propia piel y que siga trabajando en su desarrollo personal. Ahora se conoce, se respeta, se admira, se cuida, se ama y se está reinventando cada día siguiendo los pasos que ella misma diseñó para alcanzar sus metas.

Fortalecida, Vicky sigue disfrutando del amor y cariño de su tía, continúan unidas y ahora la admiración es mutua ya que, sin planearlo, se está convirtiendo paso a paso en orgullo para la tía Mary y en inspiración para otras mujeres.

Con esta historia, te invito a que tú al igual que Vicky también diseñes a la persona en quien te puedes convertir y seas tu propia inspiración.

Imagina tu mejor versión y trabaja constantemente en ti.

Has de ti una obra de arte, para eso diséñate sobre tus fortalezas y no sobre tus debilidades. Contacta con tus propias expectativas y no las que te han impuesto.

El autoconocimiento es clave para conocer los recursos con los que cuentas, identificar tus fortalezas, trazar tu camino y trabajar en tus ideas limitantes para sanarlas y convertirlas en ideas de impulso.

Conócete, acéptate, ámate.

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