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Un día a la vez, disfrutando los momentos.


Por Liliana Fischer

 




Pasamos la vida pensando y reviviendo el pasado y planeando el futuro. El hoy es lo único que tenemos y no hemos aprendido a vivirlo un día a la vez.


Generalmente, desde que amanecemos estamos pensando en lo que tenemos que hacer en el día y las horas no son suficientes para todas las actividades planeadas y agendadas. En qué momento tenemos tiempo para respirar, agradecer y hacer consciencia de que el aquí y el ahora, es como vivimos en el presente.


Para una vida plena se requiere de disfrutar de la vida con las personas amadas, los momentos, las memorias, los vínculos y las conversaciones. Hace unos días, escuchaba a mi madre conversar con un coleccionista de arte y las historias que platicó sobre su trayectoria artística, junto con los múltiples proyectos innovadores que comenzó en Cuernavaca con otros artistas, intelectuales y maestros para comunidades diversas e internacionales. Me percaté de otros ángulos de la vida de mi madre que yo no conocía. A veces no conocemos áreas importantes y de interés común de nuestra familia. Hace falta conversar, preguntar, escuchar, observar e intercambiar ideas y sentimientos. Comunicar lo que nos apasiona y, más que nada, hacer tiempo para lo relevante.


Me queda claro que ese momento en el que disfruté escuchando, aprendiendo y observando, me enriquece y queda grabado en mi memoria. A veces, vivimos tan de prisa que omitimos esas conexiones y perdemos la oportunidad de la cercanía.


La cercanía es el conocimiento profundo del otro que nos conecta con la admiración, el respeto y el cariño que nos produce satisfacción. La experiencia se queda tatuada en el corazón, lo que produce endorfinas y equilibra la psique, la emoción, y lo espiritual, para vivir con paz y tranquilidad.



Dicen que la vida nos enseña a aprovechar el tiempo y el tiempo nos enseña a valorar la vida. Así es que la vida y el tiempo, experimentada día a día con conciencia, nos aporta al aprendizaje, la enseñanza y a gozarla.

Algunos tips para navegar más ligero por la vida son:  


. Tener iniciativa para lograr lo que queremos. 

. Ser auténticos y celebrar lo que nos hace únicos. 

. Utilizar el sentido del humor en diversas situaciones de vida. 

. Reconocer y expresar las emociones para liberar las cargas. 

. Priorizar lo que realmente importa.

. Amar intensamente, con todo y sin medida.

. Agradecer cada día por todo lo que somos y tenemos. 

. Practicar el perdón de corazón con uno mismo y con los demás. 

. Ser consistentes en lo que accionamos. 

. Tener el coraje y la valentía para arriesgar.

. Estar presentes en el aquí y ahora.

. Practicar el amor propio.

. Atesorar el silencio para meditar y tomar decisiones más asertivas.

. Utilizar la creatividad en diversas áreas, desde el arte hasta en solucionar problemas.

. Cuidar la salud, la comunicación interna y externa y cuidar al otro.

El cuidado es una actitud, un modo de ser y estar. El cuidado es acción, consistencia y disciplina. Significa ir más allá de uno mismo, hacerles sitio a las personas y a la naturaleza que nos rodea. Una sociedad bien articulada es la que reconoce el derecho a dar y recibir cuidados, considerando el tiempo y el trabajo de cuidar como una prioridad social y comunitaria.


Aprovechemos la temporada para celebrar la vida, disfrutar los momentos, comunicar los sentimientos, escuchar las experiencias, atesorar las memorias, cuidar y amar intensamente. 

Comparto una frase de Anaïs Nin: “La vida se encoge o se expande en proporción al coraje de cada uno”.

Contacto:

Celular: 871 181 7896

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