Y quién no es un poco neurótico?
- Aria Celeste
- hace 7 días
- 3 Min. de lectura
La neurosis no es locura ni debilidad.
Puede presentarse como ansiedad, obsesión, miedo o angustia.
Todos tenemos rasgos neuróticos en distintos grados.
Buscar ayuda psicológica es un acto de valentía, no de fracaso.
Comprendernos es el primer paso para vivir con más ligereza.

Vivimos en una época donde el estrés, la ansiedad y la necesidad de control parecen moneda corriente. Y aunque a menudo usamos el término “neurótico” para bromear entre amigos (“¡ay, qué neurótico eres!”), detrás de esta palabra hay una historia psicológica profunda y, sorprendentemente, muy humana.
Pero… ¿qué es realmente la neurosis? ¿Quién la padece? ¿Debemos temerle o comprenderla?
Primero que nada....¿Qué es la neurosis?
La palabra “neurosis” viene del griego neuron (nervio) y osis (enfermedad), y fue usada inicialmente en el siglo XVIII para referirse a trastornos del sistema nervioso sin causa física aparente. Sin embargo, fue con Sigmund Freud que el término adquirió un nuevo matiz: un conflicto interno no resuelto, generalmente entre deseos reprimidos y las normas sociales o morales del individuo.
En palabras sencillas, la neurosis es una forma de malestar psíquico que no llega a ser locura, pero que interfiere con la manera en que la persona vive, se relaciona y toma decisiones. Abarca desde fobias, ansiedad y obsesiones, hasta actitudes perfeccionistas, temores sin causa concreta o hipersensibilidad emocional.
Y aunque el término ha ido desapareciendo de los manuales clínicos (como el DSM-5), la palabra sigue viva en el lenguaje cotidiano y cultural. ¿Por qué? Porque todos, en algún momento, nos sentimos un poco así.
El neurótico moderno
El neurótico no es necesariamente alguien que grita o se descompone ante el caos. Muchas veces, es quien necesita tener todo bajo control, quien se angustia si algo sale mal, quien rumia pensamientos durante horas antes de dormir o se siente culpable por cosas que no dependen de él.
Hay neuróticos silenciosos, neuróticos eficientes, neuróticos adorables. Personas hiperfuncionales que, a pesar de sus tormentas internas, llevan adelante sus trabajos, familias y responsabilidades. Pero viven con un ruido mental constante que no les deja estar en paz.
Y en el mundo de hoy —hiperconectado, exigente, lleno de pantallas, comparaciones y presión— la neurosis ha encontrado tierra fértil. ¿Cómo no sentirse ansioso cuando todo debe ser inmediato? ¿Cómo no ser un poco obsesivo cuando cada decisión parece determinar tu futuro?

Los tipos de neurosis (según la psicología clásica)
Aunque hoy se hable más de "trastornos de ansiedad" o "trastornos obsesivo-compulsivos", la psicología tradicional distinguía algunas formas de neurosis:
Neurosis de ansiedad: constante anticipación de peligros, miedo a lo que podría pasar, incluso sin razón evidente.
Neurosis obsesiva: pensamientos repetitivos, necesidad de control, rituales mentales.
Neurosis fóbica: miedos intensos a situaciones específicas (volar, hablar en público, etc.).
Neurosis depresiva: tristeza constante, culpa excesiva, baja autoestima.
Neurosis histérica: síntomas físicos sin causa médica (ceguera, parálisis, etc.) como expresión de un conflicto interno.
Cada una es una forma distinta de lidiar con el mundo y con uno mismo. Y en el fondo, todas son una búsqueda de equilibrio emocional que no ha encontrado buen cauce.
¿Se cura la neurosis?
Más que hablar de cura, la psicología actual propone entender y acompañar. La neurosis no es necesariamente una enfermedad, sino una manera particular de experimentar la realidad. Lo importante es saber cuándo deja de ser una simple “manía” y empieza a afectar la calidad de vida.
La terapia psicológica, especialmente el psicoanálisis, la terapia cognitivo-conductual o el enfoque humanista, puede ayudar enormemente a entender el origen de esos patrones, desmontar creencias rígidas y aprender nuevas formas de relacionarse con uno mismo y con los demás.
Además, el autocuidado diario —descanso, límites sanos, ejercicio, conexión emocional— es clave para no dejar que la neurosis nos gobierne.
Un poco de neurosis es humana
Hay algo de hermoso y profundo en aceptar que la neurosis no nos hace débiles: nos hace humanos. Nos muestra que sentimos, que nos importa, que queremos hacerlo bien, que tenemos una historia que nos marcó y un futuro que queremos cuidar.
La clave está en no dejar que esa voz interna nos paralice, nos castigue o nos aísle. Escucharla, entenderla… pero no obedecerla ciegamente.
“La neurosis es el precio que pagamos por ser conscientes.”— Rollo May
Komentarze